En la actualidad Disney está apostando por realizar versiones live-action de sus grandes clásicos de animación, como ya hiciera el año pasado con El libro de la selva. Este año le toca el turno a la película de 1991, La bella y la bestia, y el encargado de llevar este maravilloso cuento a la vida real es Bill Condon, director que destacó por su más que notable musical Dreams Girls.
Es muy complicado hablar de esta producción sin entrar en comparaciones
con la obra de animación. Así que para aclararlo desde el primer
momento diremos que carece de la magia que reflejaba su antecesora, no
llegando en ninguna parte del metraje a igualarla.
Estamos ante una adaptación muy cuidada, que arriesga poco, y es que
cuando más luce y más satisfacciones da es cuando hace una copia exacta
de la original. Tiene algún pequeño añadido que no varía la esencia del
conjunto, aunque, sinceramente, alguna escena me ha dejado la sensación
de relleno innecesario.
Hay que recordar que esta película podría considerarse un musical, y es justamente aquí donde el producto saca su mejor nota. En este aspecto queda muy cerca de igualar a la antigua versión, que ganó el Oscar en estas categorías. Las canciones son las mismas, las que todo el mundo recuerda, y, apelando a esa poderosa emoción que es la nostalgia, consigue trasladarnos por momentos a nuestra infancia. A este respecto hay que señalar que el doblaje en español afea el resultado final por una sincronización deficiente, muchas veces la voz no encaja con el movimiento de labios de los personajes.
Hay que recordar que esta película podría considerarse un musical, y es justamente aquí donde el producto saca su mejor nota. En este aspecto queda muy cerca de igualar a la antigua versión, que ganó el Oscar en estas categorías. Las canciones son las mismas, las que todo el mundo recuerda, y, apelando a esa poderosa emoción que es la nostalgia, consigue trasladarnos por momentos a nuestra infancia. A este respecto hay que señalar que el doblaje en español afea el resultado final por una sincronización deficiente, muchas veces la voz no encaja con el movimiento de labios de los personajes.
La coreografía es soberbia, los escenarios, el maquillaje, la
fotografía, todo está reproducido con un detalle sobresaliente. Quiero
destacar la primera canción, mediante la que se nos presenta a todo un
pueblo y sus habitantes, sencillamente impresionante. Entre los aspectos
negativos hay que mencionar al protagonista masculino, una bestia recreada digitalmente, con poco acierto y notoria diferencia con la realidad.
Para finalizar, en cuanto a la interpretación decir que el reparto está
extraordinario, con un plantel de secundarios soberbio. La elección de
Emma Watson como Bella es un acierto rotundo, mientras que Luke Evans
brinda un trabajo notable en su encarnación de Gastón, el villano, que
en esta ocasión luce un poco menos malvado y amenazador. El que menos
acertado se encuentra en su papel es el actor que interpreta a Bestia,
pese a que su aparición es mínima. Su aspecto de muñeco de porcelana,
con una cara inexpresiva, hace que prefiramos al monstruo digital, al
que también se encarga de prestar su voz.

En definitiva, una buena adaptación y una buena película que si bien es verdad que no llega a maravillarnos como lo hizo la original, es agradable y disfrutable desde principio a fin.


Adaptación en imagen real del clásico de Disney La bella y la bestia, que cuenta la historia de una joven que, para salvar a su padre, decide acudir a un castillo y quedar ahí atrapada junto a una bestia maldita.

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