30 de marzo de 2017

Villaviciosa de al lado (2016)

Horrible estupidez

Esta crítica no me la puedo tomar tan en serio como las otras ya que esta comedia (y aprovecho para señalar de antemano que creo que es un género que lleva unos años de capa caída) que voy a reseñar puede que sea uno de los productos más pésimos que he visto en mucho tiempo.

La trama aborda cómo a varios de los habitantes de un pequeño pueblo les toca la lotería en el prostíbulo local que frecuentan. Como premisa inicial resulta esperanzadora por original y potencialmente jocosa. De hecho es lo que me hizo ver esta película, una idea original para una comedia gamberra tal y como se nos mostraba en el trailer. Sin embargo, puedo afirmar que se queda solo en eso, en una idea, cuya frescura se desvanece a los pocos minutos.

Se trata de una comedia chusquera, que nos retrotrae a los felizmente pasados tiempos de Pajares y Esteso, rebosante de todos los estereotipos habidos y por haber: el alcalde corrupto, los viejos cotillas, el homosexual tapado... No falta siquiera el tonto del pueblo, que para más inri es el único personaje que consiguió sacarme una ligera sonrisa en algún momento. 

El nudo de la historia se presenta precipitadamente, de manera tan rápida que a los diez minutos ya hemos perdido todo interés, nos damos cuenta de la hez que estamos viendo y nos animamos a quitarla (yo no lo hice porque me encontraba acompañado de otras tres personas, si no...). Y es que desde que se nos presenta a los personajes y el embrollo en sí todo va de mal en peor, nada tiene sentido y el guión parace estar escrito por un niño de seis años.

En los aspectos técnicos quiero destacar la pésima banda sonora. Puedo entender que Nino Bravo cantado en un karaoke suene fatal, pero nunca había sentido tanta vergüenza con una canción suya como en esta película.

No quiero enrollarme más con esta crítica porque no se merece el tiempo que estoy perdiendo en escribirla y aconsejo que no perdáis el vuestro en verla.




No soy muy exigente con este género pero ésta es en todos los aspectos una auténtica basura. Nada funciona en ella y solo servirá para cogerle rabia a nuestro cine, que de vez en cuando nos estrena en la pantalla grande semejantes joyitas.










Quien no haya soñado alguna vez con que le tocaba la lotería que levante la mano. Todos hemos jugado a imaginar lo que haríamos si nos convirtiésemos en millonarios de la noche a la mañana: cambiar nuestro modesto utilitario por un descapotable de lujo, dejar nuestro tercero sin ascensor por un chalet con piscina y pista de pádel... o, simplemente, la satisfacción de hacerle al jefe un sonoro corte de mangas. Pero... ¿qué pasaría si se cumpliese ese sueño? ¿Qué pasaría si te tocase la lotería, encontrases la solución a todos tus problemas, pero no pudieras cobrar el premio porque al hacerlo todo el mundo descubriría tu afición a frecuentar a señoritas de moral distraída?




29 de marzo de 2017

Redención (2015)

Drama convencional

La película que traigo hoy curiosamente ha sido titulada en nuestro país de la misma manera que la última que reseñé, valga como ejemplo de los dudosos criterios que se emplean para las traducciones a nuestro idioma. Pero vayamos al grano. Esta película de 2015, que se estrena en España con dos años de retraso, está dirigida por Antoine Fuqua, que ya nos impresionó con una de sus primeras películas, Training Day. En esta ocasión nos mete en la piel de Billy Hope, un antiguo campeón de boxeo que alcanzó la gloria y una desenfrenada vida de lujo junto a su mujer e hija. Desafortunadamente, durante una pelea en la que se vio involucrado su mujer falleció. A partir de este momento su vida se desmoronará y el protagonista tratará de re-encauzar sus pasos de la única manera que sabe: subiéndose a un ring.

Nos encontramos ante un drama puro, de tendencia lacrimógena. Es una historia de desgracia y superacion que ya nos han contado en más de una ocasión, sabemos cómo se va a desarrollar y cómo va a concluir. Es verdad que adolece de todo tipo de tópicos y de una notoria falta de ambición por parte de su realizador. Pero a pesar de todo ello hay que resaltar que la historia está bien construida y contada, con un inicio potente, un desarrollo pausado y un desenlace emotivo pese a ser previsible.

El sostén principal de la película es su protagonista, encarnado por uno de los mejores actores del momento: Jake Gyllenhaal, que nos regala una interpretación asombrosamente intensa. Aborda un papel desolador, violento y conmovedor. Sin él este proyecto no hubiese sido ni la mitad de lo que es, qué expresiones de odio, qué miradas de pena.... No hay palabras, una actuación soberbia. También hay que destacar a Forest Whitaker en la piel de entrenador, en un personaje que guarda paralelismos con el que desarrolló Morgan Freeman en la maravillosa Million Dollar Baby.

Como punto negativo se puede señalar que el desarrollo de los personajes denota cierta falta de profundidad, algo que resulta más notorio en los secundarios. Las relaciones afectivas requerirían un desarrollo mayor, lo que le resta emotividad y peso al cojunto final.

En cuanto a la producción hay que destacar el empleo de la cámara, sobre todo en el interior del ring, arrojando un resultado de una factura técnica impecable. El tema musical principal, Kings never die de Eminem, se ajusta perfectamente al espíritu del film.



Película correcta, que aunque no sorprenda nos mantiene interesados y es fácil de ver.

 





 
Pese a haber gozado de gloria y premios en su pasado, un luchador (Jake Gyllenhaal) ha caído en desgracia. Sin embargo, no se rinde y toma la decisión de mejorar su imagen por el bien de su mujer (Rachel McAdams) y su hija. 




27 de marzo de 2017

Redención (Tyrannosaur) (2011)

El camino de la ira

Redención es la ópera prima del actor Paddy Considine, basada en su primer y único corto: Dog Altogether de 2007. Esta dura película nos hace descender al infierno personal de dos individuos que sufren el dolor de una pérdida y nos muestra los lazos que se establecen entre ellos, el modo en que congenian y la manera de cada uno de ellos para encontrar su redención a base de apoyarse en el otro.

Estamos ante una historia de violencia y angustia, que destaca por el empleo de una imágen sucia, directa y sumamente realista. Ésto queda patente desde la primera escena, con una secuencia de violencia extrema y brutal. El gran mérito de esta cinta es que, llegando al final, el espectador sienta compasión del personaje que ha ejecutado tamaña barbarie. Y es que la trama se desarrolla pausadamente para ahondar en un material dramático lleno de riqueza. Nos traslada a una sociedad en decadencia, nos presenta a unos personajes, profundiza en ellos y nos da a conocer sus almas torturadas y sus vidas marcadas por un denominador común: la ira.

Y en este punto es necesario hablar de los dos actores principales. El masculino, Peter Mullan, está soberbio. Ya solo por él merece la pena el visionado de esta cinta. Hace un papel magistral de ser amargado y lleno de violencia: sus gestos, su mirada, reflejan un dolor y una angustia desmesuradas. Al personaje femenino, Hanna, le da vida Olivia Colman, que encaja perfectamente en su papel de acérrima creyente, reflejando la cara de la falsa felicidad. Estos dos monstruos de la interpretación contribuyen decisivamente a dotar de mayor solidez a esta extraordinaria película.



Gran película, dura y áspera, que hará las delicias de todos los amantes del cine británico social más tremendista.









Joseph (Peter Mullan), un viudo alcohólico, violento y autodestructivo, encuentra una esperanza de redención en Hannah (Olivia Colman), una mujer muy religiosa a la que conoce a raíz de un altercado. Al principio Joseph se burla de su fe y da por supuesto que su vida de creyente debe de ser muy apacible, pero pronto descubre que, por el contrario, está llena de dolor y confusión. A medida que su relación se consolida, ambos se dan cuenta de que el amor y la amistad pueden encontrarse incluso en los lugares más oscuros.





26 de marzo de 2017

El Bosque de los Suicidios (2016)

Cuando el marketing te la intenta colar

El planteamiento de la película comienza siendo interesante: la desaparición de un ser querido en un bosque japonés a donde la gente va a suicidarse. Además, una conexión “mística” entre Sara, interpretada por Natalie Dormer, y su hermana gemela desaparecida en el bosque de Aokigahara hace que la protagonista tenga la certeza de que ésta sigue con vida y se lanza a la aventura de descubrir la verdad de los hechos.

Mezclando todos estos factores se nos presenta una película con potencial. El terror japonés es de sobra conocido por los amantes del género, y una producción estadounidense que mezcle estos factores no podría defraudar al espectador en este sentido… ¿verdad? La respuesta, desgraciadamente, es afirmativa.

Si bien la película cuenta con los sustos de rigor y la tensión e incertidumbre que se espera del inicio de este tipo de películas, al llegar al nudo del film se desvanece. Acciones predecibles, y en ocasiones fuera de toda lógica, llevan a una protagonista afectada por el influjo malévolo del bosque a una serie de desdichas demasiado presagiables, hasta revelarse el gran misterio que rodea toda la trama, que si bien quien redacta estas líneas vive últimamente influenciado por el gran detective creado por Sir Arthur Conan Doyle, es un enigma que se ve venir desde el principio del metraje.

Es posible que el público objetivo de esta película fueran adolescentes buscando el roce en la oscuridad de una sala de cine, o que el hecho de que las protagonistas sean gemelas a uno le huela a reducción de costes en plantilla. Quizás es que ya tengo demasiado vistas películas de este género y me esperaba ese “algo más”, esa reflexión que te deja las dos horas siguientes al visionado dándole vueltas a la cabeza, o quizás es que soy un Juan Sin Miedo actual al que no hay trama que espante. Pero nada más lejos de la realidad. Cuando una película te planta unas expectativas que se van desvaneciendo durante el visionado, de la única manera que puede salir uno del cine es decepcionado.

Eso sí, no pierdan la oportunidad de llevar al ligue de turno a un pase de esta cinta: con un poco de suerte, el resultado no será tan decepcionante. 




Un quiero y no puedo que, a pesar de ser una película visionable, no es en absoluto rival para recientes aportaciones al género de terror.







Sara es una chica estadounidense que busca a su hermana gemela desaparecida en el bosque Aokigahara, a los pies del Monte Fuji en Japón. A pesar de las advertencias de todo el mundo para que no entre en el bosque, la joven acaba yendo para descubrir la verdad sobre lo sucedido y averiguar el destino de su hermana. Sin embargo, se tendrá que enfrentar a almas atormentadas y muertos que se aprovechan de cualquier persona que vaga por ese bosque.




25 de marzo de 2017

Inferno (2016)

Torpe y rutinaria

Estamos ante la adaptación a la gran pantalla del tercer bestseller de Dan Brown. Si en 2006 nos llegó la interesante pero irregular El codigo da Vinci y en 2009 una ligeramente superior pero también insuficiente Ángeles y demonios, ahora le llega el turno a la tercera aventura del doctor Robert Langdon, Inferno.

Realizada por el mismo equipo que el resto de la saga, que tuvo mejor acogida tanto de público como de crítica, esta entrega adolece de un problema considerable. Está hecha con un solo objetivo en mente: lucrarse y exprimir el filón de Dan Brown. Es torpe, hecha con desgana y llevada durante todo su lineal metraje en piloto automático.

A la dirección se encuentra Ron Howard, ganador de un Oscar por la sobresaliente Una mente maravillosa y recordado por transportarnos al mundo de fantasía de Willow. Un director con grandes obras a sus espaldas pero realizador también de productos taquilleros de escaso contenido y filmación rutinaria. Desafortunadamente, la pelicula que analizamos hoy entra de lleno en este último grupo.

En cuanto a la historia en sí he de aclarar que no voy a realizar comparaciones con la novela puesto que no la he leído. La trama es poco lúcida y monótona, contándonos sucesos mil veces contados y de manera mucho más satisfactoria. Los giros de guión son muy poco sorprendentes y se ven venir desde prácticamente el comienzo de la película.

Si me tuviese que quedar con algo sería con el inicio durante el que se nos presenta al protagonista en una situación límite. El problema es que la tensión y el interés rápidamente se diluyen hasta culminar en un final descafeinado y sinsorgo. 

En lo que hace a los actores el reparto está totalmente desaprovechado. Ninguno luce de manera especial y el esfuerzo que depositan en sus personajes es mínimo. Esto es especialmente apreciable en Tom Hanks, que perpetra una de las interpretaciones más lineales de toda su carrera.

En el apartado técnico hay que destacar la recreación inicial del infierno de Dante en las calles de Florencia. La fotografía es gratificante aunque en gran parte se debe a las magníficas localizaciones donde está rodada. La banda sonora es correcta y reconocible para los que vimos las anteriores entregas.



Película con falta de gancho y realizada con desgana. Es cierto que se puede ver, pero la sensación que nos dejará no será satisfactoria.






Robert Langdon, el famoso profesor de simbología (nuevamente interpretado por Tom Hanks) se encuentra tras el rastro de una serie de pistas conectadas con el mismísimo Dante. Cuando Langdon despierta con amnesia en un hospital italiano hará equipo con Sienna Brooks (Felicity Jones), una doctora de la que él espera le ayude a recuperar sus recuerdos. Juntos recorrerán Europa en una carrera a contrarreloj para desbaratar una letal conspiración global. Adaptación del best-seller homónimo de Dan Brown.





24 de marzo de 2017

El Viaje de Chihiro (2001)

Olvidar nuestros orígenes es olvidar el presente

Ya conocía trabajos anteriores de Studio Ghibli y tenía grandes expectativas en esta película. La que para algunos es la mejor obra de Miyazaki, su director, empieza con un elemento recurrente en su obra: un cambio. Algo que para algunos podría suponer una oportunidad, una aventura, pero que para otros es una molestia o un engorro: para qué salir de la rutina si como estoy, estoy bien.

A partir de ahí, el espectador poco habituado a los largometrajes de Studio Ghibli puede sentirse perdido. Tratar de entender El Viaje de Chihiro de manera literal y no metafórica no tiene mucho sentido. Se trata efectivamente de un viaje, un cambio, un paso que ha de dar la protagonista, Chihiro/San, para encontrarse de nuevo consigo misma.

Miyazaki nos muestra que no todo es lo que parece y que la identidad es algo que con nuestro ritmo de vida actual podemos llegar a perder. Algo que puede resultar en un peligroso periplo para recuperarlo y algo para lo que no todas las personas están preparadas. Además, a lo largo de los 125 minutos que dura el visionado se puede palpar una dura crítica hacia la sociedad contemporánea por la pérdida de las viejas costumbres.

Pero la magia de las películas de este estudio, y en concreto de El Viaje de Chihiro, es que el sentido metafórico se encuentra tan íntimamente imbricado en el film que con cada visionado uno encuentra un sentido diferente a cada escena. Y no, no hace falta ser un gurú de las costumbres o del panteón sintoísta para entender esta película. Y esto es lo mejor: no hay posibilidad de equivocarnos, porque toda suposición que podamos hacernos es válida.

La película es una aventura constante y tiene un ritmo vertiginoso. La protagonista no para de salir del fuego para caer en las brasas una y otra y otra vez, buscando la forma más enrevesada e interesante para superar el escollo que se le plantea en el camino. En ningún momento tenemos claro quién es "el malo", porque es algo que a esta película no le hace falta. A pesar de todo, no la recomendaría para niños pequeños: momentos de moderada violencia, incremento del volumen según la acción y sangre en pantalla no la hacen muy digerible para los más pequeños de la casa.




Si no se ha tenido nunca contacto con una película de este estilo, ésta es una de las mejores opciones para empezar: aventura, espiritualidad y crecimiento interior con una ejecución impecable.






Chihiro es una niña de diez años que viaja en coche con sus padres. Después de atravesar un túnel, llegan a un mundo fantástico, en el que no hay lugar para los seres humanos, sólo para los dioses de primera y segunda clase. Cuando descubre que sus padres han sido convertidos en cerdos, Chihiro se siente muy sola y asustada.



21 de marzo de 2017

La Bella y la Bestia (2017)

Fiel adaptación 
 
En la actualidad Disney está apostando por realizar versiones live-action de sus grandes clásicos de animación, como ya hiciera el año pasado con El libro de la selva. Este año le toca el turno a la película de 1991, La bella y la bestia, y el encargado de llevar este maravilloso cuento a la vida real es Bill Condon, director que destacó por su más que notable musical Dreams Girls.

Es muy complicado hablar de esta producción sin entrar en comparaciones con la obra de animación.  Así que para aclararlo desde el primer momento diremos que carece de la magia que reflejaba su antecesora, no llegando en ninguna parte del metraje a igualarla.

Estamos ante una adaptación muy cuidada, que arriesga poco, y es que cuando más luce y más satisfacciones da es cuando hace una copia exacta de la original. Tiene algún pequeño añadido que no varía la esencia del conjunto, aunque, sinceramente, alguna escena me ha dejado la sensación de relleno innecesario.

Hay que recordar que esta película podría considerarse un musical, y es justamente aquí donde el producto saca su mejor nota. En este aspecto queda muy cerca de igualar a la antigua versión, que ganó el Oscar en estas categorías. Las canciones son las mismas, las que todo el mundo recuerda, y, apelando a esa poderosa emoción que es la nostalgia, consigue trasladarnos por momentos a nuestra infancia. A este respecto hay que señalar que el doblaje en español afea el resultado final por una sincronización deficiente, muchas veces la voz no encaja con el movimiento de labios de los personajes.

La coreografía es soberbia, los escenarios, el maquillaje, la fotografía, todo está reproducido con un detalle sobresaliente. Quiero destacar la primera canción, mediante la que se nos presenta a todo un pueblo y sus habitantes, sencillamente impresionante. Entre los aspectos negativos hay que mencionar al protagonista masculino, una bestia recreada digitalmente, con  poco acierto y notoria diferencia con la realidad.  

Para finalizar, en cuanto a la interpretación decir que el reparto está extraordinario, con un plantel de secundarios soberbio. La elección de Emma Watson como Bella es un acierto rotundo, mientras que Luke Evans brinda un trabajo notable en su encarnación de Gastón, el villano, que en esta ocasión luce un poco menos malvado y amenazador. El que menos acertado se encuentra en su papel es el actor que  interpreta a Bestia, pese a que su aparición es mínima. Su aspecto de muñeco de porcelana, con una cara inexpresiva, hace que prefiramos al monstruo digital, al que también se encarga de prestar su voz.





En definitiva, una buena adaptación y una buena película que si bien es verdad que no llega a maravillarnos como lo hizo la original, es agradable y disfrutable desde principio a fin.










Adaptación en imagen real del clásico de Disney La bella y la bestia, que cuenta la historia de una joven que, para salvar a su padre, decide acudir a un castillo y quedar ahí atrapada junto a una bestia maldita.






20 de marzo de 2017

Contratiempo (2016)

Un segundo lo cambia todo

Esta película fue estrenada en salas de cine a finales de 2016. Las malas críticas de prensa y el hecho de que coincidiese en cartelera con otros grandes títulos hicieron que pasara desapercibida para muchos. Pero tengo que reconocer que viéndola me he llevado una grata sorpresa. Está dirigida por Oriol Paulo, que ya nos sorprendió en 2012 con El cuerpo, su primera y prometedora película. Contratiempo bebe de las mismas fuentes que su predecesora, tiene muchas similitudes y se percibe la misma mano creadora detrás de la cámara. 

La premisa es sugerente en su aparente sencillez: una habitación con dos personas, abogada y cliente, con un reloj-temporizador programado en sesenta minutos. Es el tiempo del que disponen para buscar una duda razonable que libere al segundo de su previsible condena.

La película comienza con muy buen ritmo desde su comienzo, te atrapa y no te suelta hasta el final. La trama se puede dividir en dos partes bien diferenciadas: por un lado, el asesinato que les lleva a reunirse y del que deben probar la inocencia del acusado, y por otro, la causa previa que ha provocado dicho asesinato. El inicio es algo flojo puesto que el suceso que da nombre al título así como la reacción de los dos protagonistas son algo ridículas e inverosímiles. Pero a partir de aquí, con la aparición de más personajes, la unión de las dos tramas y los diferentes puntos de vistas que se van sucediendo, la película gana en interés, revelándose como un producto sólido y con un gran contenido de entretenimiento. Otro de sus puntos flacos es que partes de la trama y algunas de las escenas recuerdan o son plagiadas de otras películas del género. A veces resulta tramposa y el final me ha parecido predecible y falto de imaginación. Pese a todo, sabe cámo dejar buen regusto.

Los actores están todos correctos pero si tengo que quedarme con uno sería con José Coronado. Su mera presencia refleja madurez y elegancia, equilibrando la producción y eclipsando al resto del elenco. La peor interpretación la ofrece Mario Casas, que hace un trabajo inexpresivo y lineal, un claro fallo de casting que afea el resultado final ya que en su personaje descansa el eje central de la película.

Por último en el tema de la producción destacaría la fotografía, espléndida captando escenarios oscuros como la historia a la que da forma.


Otro buen thriller español, fallido en algunos aspectos pero interesante y disfrutable durante todo su metraje.










Adrián Doria, un joven y exitoso empresario, despierta en la habitación de un hotel junto al cadáver de su amante. Acusado de asesinato, decide contratar los servicios de Virginia Goodman, la mejor preparadora de testigos del país. En el transcurso de una noche, asesora y cliente trabajarán para encontrar una duda razonable que le libre de la cárcel.





17 de marzo de 2017

Taboo (2017)

Vacía  

HBO integra en su catálogo la serie Taboo, una coproducción de FX y BBC producida por Ridley Scott y protagonizada por Tom Hardy. Relata la vida de James Keith Delaney, un hombre que ha estado en los confines de la tierra. Dado por muerto, reaparece en su Londres natal tras la muerte de su padre para tomar su herencia: el estrecho de Nutka. Un pobre pedazo rocoso de tierra pero de interés desmedido por su privilegiada situación geográfica. Su control atraerá la atención de tan poderosos rivales como la Compañía de las Indias Orientales, los estados libres de América o la propia Corona británica.

Con una premisa tan sugerente y los nombres que sellan el título no es de extrañar que haya sido un estreno tan esperado. Y quizás éste pueda ser precisamente uno de sus problemas, en mi caso las grandes expectativas que tenía no han resultado satisfechas.

Los aspectos técnicos y visuales son sobresalientes, con una de las mejores recreaciones de época que se han podido ver en la pequeña pantalla. Un Londres envilecido tanto material como espiritualmente, atravesado por un río Támesis omnipresente, ominoso y depositario de todo tipo de secretos. En cuanto a las interpretaciones, el elenco aprueba con nota. Destaca Tom Hardy en una serie concebida en torno a su personaje. Lo que descarga buena parte del éxito de la misma sobre los hombros del actor. Hardy ofrece una actuación poderosa, creando un personaje imponente, casi hipnótico. Un auténtico anti-héroe, lleno de contradicciones y atormentado por los demonios de su pasado. 

Llegados a este punto, toca hablar de su gran talón de Aquiles, la pobreza de la trama y su ejecución. El pistoletazo de salida no podía ser mejor, con un capítulo piloto, muy interesante. Pero el espejismo se desvanece rápidamente, la serie se muestra lenta y densa, y lo peor de todo, carente de interés. Los capítulos se hacen largos y planos. Lo mismo ocurre con las subtramas que ofrece la historia, no conducen a nada relevante o quedan inconclusas. Se peca de un exceso de personajes que redunda en el escaso desarrollo que muestra la mayoría. La trama principal aparece a pinceladas, sin avanzar; cuando concluye ha dejado más preguntas que respuestas.

Esta serie me ha dejado pensamientos encontrados. Me cuesta pensar en el momento de continuar viéndola cuando estrenen la segunda temperada, confirmada recientemente.



Producto interesante pero de difícil consumo. Maravilloso envoltorio pero hueco interior. La primera decepción de este año. 








Año 1814. James Keziah Delaney es un hombre al que se le dio por muerto tras viajar a África y estar diez años sin noticias de él. Ahora, James, que ha estado en los confines de la tierra, donde casi pierde la vida, vuelve a Londres completamente cambiado y con catorce diamantes robados en el bolsillo.






16 de marzo de 2017

Westworld (Almas de metal) (2016)

No es para todo el mundo

La serie nos sitúa en un futuro próximo, en un parque de atracciones ambientado en el Lejano Oeste en el que el visitante puede cumplir sus fantasías más salvajes. Los pobladores de este inédito parque son cyborgs con un único cometido: satisfacer al cliente.

Lo primero que hay que saber es que estamos ante un producto de cierta complejidad. Aborda temas de gran carga de profundidad sobre la identidad humana, sondeando el significado de la creación, la individualidad, la capacidad de elección. Si lo que buscas es un entretenimiento sin más complicaciones puede que esta serie no sea la más adecuada.

El episodio piloto tiene mayor duración que sus continuadores, exceptuando el último de la temporada. Me parece que cuenta con un inicio muy poderoso en el que se nos muestra el escenario, se presenta a los personajes y se engancha al espectador con los primeros elementos de la trama. Durante los siguientes capítulos el ritmo aminora aunque en ningún momento me llegó aburrir, gracias a una trama inteligente e interesante que además se deja entender muy bien. Se podría afear que las posibilidades que ofrece el guión son enormes y se podría haber aprovechado mejor puesto que en algunos momentos la historia se hace lineal y previsible. En cambio, durante los tres últimos capítulos la serie recupera esa narrativa poderosa que pudimos echar de menos en la parte central de la serie. Hay un par de giros bien resueltos y durante los últimos minutos te das cuenta de que lo que acabas de visionar no es sino el prólogo de lo que está por llegar en futuras temporadas.

En cuanto a los aspectos de la producción no se le puede reprochar nada: los escenarios y los decorados son impresionantes, con un gran trabajo de vesturario y caracterización. Los actores están muy bien, destacando el trabajo de Thandie Newthon, capaz de condensar y transmitir emociones con su mirada de una manera envidiable y haciendo que sea su personaje el que disfrute de una evolución más orgánica. En la otra mano se podría señalar que las dos caras más conocidas de este proyecto, Ed Harris y Anthony Hopkins, tan sólo ofrecen interpretaciones correctas, sin arriesgar en ningún momento y confiando en que su buen hacer sea suficiente. La banda sonora es otro de los aciertos de la serie. Grandes temas de piano en los momentos claves que harán las delicias de todo amante de la música.

La mayor pega que se le puede hacer es que hasta el 2018 tendremos que aguantarnos las ganas de saber cómo va a continuar, aunque si mantiene el listón de calidad habrá sido una espera que merezca la pena.



Capítulo 1:  9     Capítulo 6:  6
Capítulo 2:  8     Capítulo 7:  7
Capítulo 3:  7     Capítulo 8:  8
Capítulo 4:  6     Capítulo 9:  10
Capítulo 5:  6     Capítulo 10: 9







Westworld es un parque de atracciones futurista y controlado por alta tecnología dirigido por el Dr. Robert Ford (Anthony Hopkins). Las instalaciones cuentan con androides cuya apariencia física es humana, y gracias a ellos los visitantes pueden dar rienda suelta a sus instintos y vivir cualquier tipo de aventura o fantasía, por muy oscura o peligrosa que sea, sabiendo que los robots no les harán daño.





15 de marzo de 2017

Mad Max: Furia en la carretera (2015)

Obra maestra  del género

MAD MAX: furia en la carretera, es una propuesta abrumadora en todos los sentidos. Nos traslada a un mundo postapocalíptico, el Páramo, un escenario desértico en el que Inmortal Joe, un señor de la guerra despótico y cruel, impone su voluntad mediante el control del agua. Es el retorno al árido mundo con olor a gasolina, estruendo de motores y detonaciones de pólvora de sus tres predecesoras. Volvemos a encontrarnos con Max, el mismo guerrero solitario y callado, aunque en esta ocasión comparte andanzas con Furiosa, la verdadera protagonista, una mujer luchadora y capaz con una sola misión: llevar hasta una nueva tierra prometida a las esclavas personales de Inmortal Joe.

Aunque el guión de esta película, incluyendo todos sus diálogos, podría caber en una servilleta y aún así sobrar espacio, resulta envidiable en su sencillez y funcionalidad. Merece destacar aquí la labor del director  George Miller, que durante 10 años atesoró la idea de retomar la saga y darle el regreso que merecía. Y la espera ha merecido la pena.

Toda la película es una carrera, una  persecucion de dos horas de duración. Es una poesía de destrucción y violencia, de sacrificio y coraje, con un montaje de reminiscencias líricas. La recreación del mundo postapocalíptico es envidiable y para los nostálgicos de los viejos modos apenas hay efectos digitales, es una coreografía de especialistas, trapecistas y explosiones. Todo ello acompañado de un sonido abrumador y un vestuario y decorados que dejan sin aliento. Si tuviese que resumir con una frase esta producción, sería amor al detalle.

Quiero finalizar refiriéndome a la pareja protagonista. Mad Max, está interpretado por el magnífico Tom Hardy, un actor que todo lo que toca convierte en oro. Esta vez tenía por delante el desafío de hacernos olvidar el trabajo previo de Mel Gibson, y la verdad es que lo consigue. Furiosa, por su parte, es encarnada por Charlize Theron con gran intuición. Es capaz de transmitir con su mirada valentía, odio y, sobre todo, furia, logrando explicar el por qué del nombre de su personaje sin necesidad de palabras. Theron consigue una de las mejores interpretaciones de su carrera, exceptuando su gran trabajo en Monster, que le reportó el Oscar a mejor actriz principal.




Esta película es una obra maestra del cine de acción: ruidosa, rabiosa y brutal. Cuenta con una belleza audiovisual que se quedará grabada en nuestras retinas durante mucho tiempo.








Perseguido por su turbulento pasado, Mad Max cree que la mejor forma de sobrevivir es ir solo por el mundo. Sin embargo, se ve arrastrado a formar parte de un grupo que huye a través del desierto en un War Rig conducido por una Emperatriz de élite: Furiosa. Escapan de una Ciudadela tiranizada por Inmortal Joe, a quien han arrebatado algo irreemplazable. Enfurecido, el Señor de la Guerra moviliza a todas sus bandas y persigue implacablemente a los rebeldes en una "guerra de la carretera" de altas revoluciones... Cuarta entrega de la saga post-apocalíptica que resucita la trilogía que a principios de los ochenta protagonizó Mel Gibson.