26 de mayo de 2017

Zootrópolis (2016)

Cuando unos dibujos animados te ponen en tu sitio

Cuando te vienen a visitar las sobrinas tienes que tener un par de películas en el tintero por lo que pueda pasar. La mejor forma de terminar un día de pinturillas, plastilina y escondite es una película, y si puede ser interesante para los adultos, mejor. Así que me hice con un par de pelis para niños que la crítica alababa y, a pesar de que ellas escogieron Trolls, me quedé con el gusanillo de ver Zootrópolis. Dejando de lado que mi señora cayó en los brazos de Morfeo a medio filme, a mi me mantuvo maravillado con cada escena hasta el final de la película.

Y no es que las escenas de acción o los gráficos en 3D estuvieran muy depurados o bien animados, que también. Zootrópolis, como toda película para niños, termina con una moraleja, pero en este caso es una lección a voces que más de un adulto necesita. Tenemos que recordar que esta película se llevó el Óscar a la mejor película de animación, y sigue la línea de las películas de Disney que le precedieron: Rompe Ralph, Frozen y Big Hero 6.

El guión se centra en una historia de una coneja con grandes aspiraciones que hará todo lo posible por seguir su sueño. Vale, predecible en una película de Disney, e incluso tiene las clásicas escenas enternecedoras que se esperan de su marca. Pero le pega una vuelta a mitad de película que llega a sorprender a mayores y pequeños, que hace que el guión no cojee en toda su extensión y que te mantenga pegado a la pantalla hasta el final de la película. Es encantador ver cómo Disney le da pié a sus protagonistas, y sorprende observar la evolución de los mismos a lo largo del filme.

Los personajes son todos mamíferos, pero es tal el trabajo de diseño que tienen que se puede diferenciar  sin problemas uno de otro, a pesar de pertenecer a la misma especie. Además, la película es sumamente detallista, con detalles que incluso pasan fugaces por pantalla. No os perdáis a la cantante con aspecto de Shakira (a la que cede su voz) y cuerpo de gacela que en el filme han llamado "Gazelle", haciendo un símil nominal con la cantante Adele, o a la lista de éxitos que tiene la protagonista en su iPaws (iPod), y que van apareciendo a lo largo de la película. No tienen desperdicio.

Una de las lecciones de la película son los prejuicios y los tópicos atribuídos a personas por su aspecto físico o racial. Además, el tema del racismo es perfectamente tratado y explicado con símiles a los niños, con escenas críticas a la par que hilarantes. Sin duda, una forma ideal de educar y entretener que la factoría Disney ha ido depurando a lo largo de muchas películas. Atrás quedaron películas como Hermano oso, Chicken Little o Zafarrancho en el rancho, muy inferiores al nivel de esta compañía internacional; el cine infantil ha vuelto, y esta vez es para quedarse.



Es hilarante, es divertida y es educativa. Un producto hecho con muchas horas de trabajo y grandes cantidades de cariño que ha dejado un resultado excelente.







La moderna metrópoli mamífera de Zootrópolis es una ciudad absolutamente única. Está compuesta de barrios con diferentes hábitats como la lujosa Sahara Square y la gélida Tundratown. Es un crisol donde los animales de cada entorno conviven, un lugar donde no importa lo que seas. De hecho puedes ser cualquier cosa, desde un elefante enorme hasta la musaraña más diminuta. Pero cuando llega la optimista agente Judy Hopps, descubre que ser la primera conejita de un cuerpo policial compuesto de animales duros y enormes no es nada fácil. Pero está decidida a demostrar su valía y se mete de cabeza en un caso, a pesar de que eso significa trabajar con Nick Wilde, un zorro parlanchín y estafador, para resolver el misterio.




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