19 de mayo de 2017

Fast & Furious 8 (2017)

Esto no es a todo gas

Ayer fui al cine y hoy repito con algo totalmente diferente. Esta vez toca desconectar la cabeza, sentarse en la butaca, abrir la Coca-Cola, comerse a puñados las palomitas, exigir lo mínimo y buscar solo una cosa: entretenerse durante más de dos horas. Porque hoy toca A todo gas 8. Pensaréis: ¿lo ha conseguido? Tengo que reconocer que en parte sí, aunque también me ha dejado algo frío. No sé si he visto una de acción, o de superhéroes, o de espías, o una comedia... Lo que sí que tengo claro es que esto ha degenerado de tal manera que ya no es lo que era. Me explico.

Empecemos con el guión. Es inconexo y entrecortado aposta, pobre en contenido, un mero trámite para su desmesurada acción: escenas largas, en distintas localizaciones, repletas de explosiones, golpes y destrucción,  más parecidas a videoclips que a una película convencional. En estos momentos la película es excesiva, increíble a veces para mal. Nos intentan vender novedosas imágenes de acción, que algunas chirrían más que los coches que vemos en pantalla. Aquí vale todo, lo mismo controlo desde un ordenador todos los coches de Nueva York, que desvío un proyectil con el cuerpo o vuelo con unas alas de metal. ¿Pero detrás de todo esto qué hay? Pues una falta de ideas descomunal. Sinceramente no hay nada; la historia de siempre, mal contada y peor desarrollada, no tiene intención de avanzar y no cuenta nada nuevo, siendo otro capítulo más en esta larga saga. Y para rematar ni siquiera uno de los más entonados, porque esto ya no es A todo gas. No tiene nada que ver. ¿Coches? Sí, hay coches, pero son una mera excusa, no me extrañaría que en próximas entregas nuestros protagonistas vayan en naves espaciales o tengan poderes especiales... aunque, ¿quién dice que ya no los tengan?

Del reparto no puedo decir nada malo porque es un reparto brutal. Tiene más de una veintena de caras conocidas, un grupo de amigos que sin esfuerzo se juntan para recoger unos duros y de paso pasar un buen rato. Están todos bastante correctos. No me ha gustado que metan un personaje nuevo para intentar suplir el vacío dejado por Brian, el protagonista de las anteriores entregas interpretado por Paul Walker, que perdió la vida en un fatídico accidente de tráfico. La verdad es que se le echa muchísimo en falta durante toda la cinta.

Para acabar con la producción, solo se pueden decir cosas positivas. Es lo más notorio de la cinta, en lo que demuestra todo su poderío. Unas localizaciones seleccionadas con detenimiento, una puesta en escena abrumadora, con unos efectos especiales que sólo productos como éste pueden dar y una banda sonora saturada de los hits más actuales.



Película entretenida, repleta de acción pero falta de guión. Exagerada e incoherente desde su primera escena. Que si es verdad que no se le puede pedir mucho en su desarrollo, una historia mejor pensada la convertiría en un producto mucho más atractivo. Se deja ver, aunque no está entre las mejores entregas, denota cansancio y pierde gran parte de su esencia.






Con Dom y Letty de luna de miel, Brian y Mia fuera del juego y el resto de la pandilla exonerada de todo cargo, el equipo está instalado en una vida aparentemente normal. Pero cuando una misteriosa mujer (Charlize Theron) seduce a Dom (Vin Diesel) para regresar nuevamente al mundo del crimen, se ve incapaz de rechazar la oportunidad, traicionando así a todo el mundo cercano a él. A partir de ese momento todos se enfrentarán a pruebas como nunca antes habían tenido. Desde las costas de Cuba y las calles de Nueva York hasta las llanuras del mar de Barents en el océano Ártico, nuestra fuerza de élite recorrerá el globo para impedir que un anarquista desencadene el caos en el mundo... y por supuesto para traer de vuelta a casa al hombre que les hizo una familia




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