31 de mayo de 2017

Déjame salir (2017)

Terror racial

Una de las mayores virtudes del género fantástico es su potencial para abordar los grandes temas de manera alegórica, dotando de cierta atemporalidad sus reflexiones, algo que en otros acercamientos más naturalistas es mucho más difícil de conseguir por su tendencia a quedar relacionados con la anécdota, a ligarse a una reivindicación concreta y propia de un momento determinado. Get out comparte en buena medida estas bondades a partir de una idea interesante desarrollada con inteligencia.

Esta cinta aborda un tema complicado y de plena vigencia en su país de origen, EEUU: el racismo. Jugando de manera perversa con los mimbres de Adivina quién viene esta noche plantea diferentes aspectos de la problemática racial: el temor y prejuicios que planean sobre las relaciones interraciales, la condescencia bienintencionada pero paternalista de los blancos liberales de clase alta, la incomodidad resultante de encontrarse en determinados ámbitos racialmente homogéneos…Y todo ello lo hace con una fina intuición que no impide dejar entrever que a pesar de lo mucho que se ha avanzado permanece la sensación de que siempre pierden los mismos mientras se perpetúan los ganadores.

Pero es que además de contar con una reflexión social pertinente y necesaria, lo cual ya es meritorio de por sí, lo hace de una manera muy destacable. En términos cinematográficos el debutante Jordan Peele, que también hace las veces de guionista y productor, levanta un thriller ejemplar. Sabe conjurar una atmósfera de tensión creciente que mantiene al espectador en vilo, revelando un gran manejo de los tempos y la dosificación de la información, porque si bien alguno de los elementos ocultos de la historia resultan previsibles, Peele parece adelantarse a la intuición del espectador reservando aún más sorpresas de manera que no deposita su interés en un único giro final sorpresivo. En su pulso narrativo y en su capacidad de generar ambiente tiene una intuición natural que remite en determinados aspectos a grandes títulos como La semilla del diablo.

La producción cuenta con un presupuesto modesto pero esto apenas se nota en la pantalla más allá de la escasez de efectos especiales espectaculares, algo que por otra parte tampoco se hecha en falta. Técnicamente, y pese a no contar con ningún alarde innovador, encontramos pequeñas muestras del talento que como narrador atesora Peele, como el montaje paralelo que muestra una intensa conversación entre el protagonista y su pareja al tiempo que en la casa de sus suegros se celebra una macabra subasta.

El reparto, por su parte, realiza un trabajo más que correcto. La pareja protagonista, interpretada por Daniel Kaluuya y Allison Williams, resulta creíble y posee un cierto aire naif que nos aproxima a los primeros estadios de una relacion en la que sus integrantes aún se están conociendo. Catherine Keener y Bradley Whitford, en la piel de los padres de ella, también realizan una excelente labor, especialmente la primera, que consigue dotar a su personaje de una calidez y cercanía que apenas consiguen tapar la inquietud que generan su mirada y sonrisa.





Una película de género inteligente y con dimensión social más allá del mero entretenimiento. Y además un ejercicio ejemplar en su plasmación audiovisual. Recomendable 100%


Dentro de un género lleno de películas de baja calidad y rápido consumo,es de agradecer productos como con el que nos encontramos ayer. Get out no es una obra maestra pero sí una película llamativa y mórbida por el tema que toca, bien hecha, que funciona y que conjuga géneros interesantes. El guión comienza con mucha fuerza, su primera escena usada de prólogo es de alto nivel, el que mantiene hasta más de la mitad de la película, momento en que el se hace previsible. También tiene alguna idea rocambolesca que empaña un poco la magnífica primera hora de la cinta, y aunque el final es apresurado también es muy satisfactorio, rompedor con todo lo demás visto, pena que no dure más y pase fugazmente. Este es el ejemplo perfecto de cómo con un presupuesto irrisorio, en este caso siete millones de dólares incluyendo gastos de distribución, si tienes una buena idea bien ejecutada se puede convertir en una muy buena película. Me quito el sombrero ante Jordan Peele, que ha conseguido algo similar a lo que consiguiera Shyamalan con su Sexto sentido. Veré con ganas sus trabajos venideros. Mi conclusión: un 6 si hablasemos de cine en general, pero dentro del género en el que se encuentra un 7 rotundo. Espero que sus competidores tomen nota y se hagan más películas como ésta.
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Yo fui al cine a ver una de miedo, y salí trasquilado. Me tengo que poner hater con esta película, porque esperaba agarrarme a la butaca como el protagonista en el cartel y aparte de un único susto, más por el sonido reverberante de la sala que por el miedo en sí, he soltado más carcajadas que gritos de terror. He sentido que la película no sabe mantener la tensión que se le atribuye al género y, a pesar de que hay que experimentar cosas nuevas en esta categoría más que trillada, en algunas escenas me parecía estar viendo un Scary Movie con moralina. A pesar de que no me hayan vendido la idea, la película tiene una buena historia por detrás, un protagonista con un resultado más que decente y una dirección valiente, fresca y prometedora, a la cual un servidor no va a perder de vista.




Un joven afroamericano visita a la familia de su novia blanca, un matrimonio adinerado. Para Chris (Daniel Kaluuya) y su novia Rose (Allison Williams) ha llegado el momento de conocer a los futuros suegros, por lo que ella le invita a pasar un fin de semana en el campo con sus padres, Missy (Catherine Keener) y Dean (Bradley Whitford). Al principio, Chris piensa que el comportamiento "demasiado" complaciente de los padres se debe a su nerviosismo por la relación interracial de su hija, pero a medida que pasan las horas, una serie de descubrimientos cada vez más inquietantes le llevan a descubrir una verdad inimaginable.




30 de mayo de 2017

La llegada (2016)

Esta película no va de marcianos

La gran pantalla nos ha mostrado de muchas maneras diferentes a seres del espacio exterior. Visitantes que van desde los marcianitos cabezones con mala gaita de Mars Attacks! hasta la variopinta fauna intergaláctica que nos presentan en sagas como Men In Black. Y la verdad es que algunos dirán que es un género que está ya muy trillado, con poca imaginación, poco sutil y muy palpable, que ha llegado a buscar una salida en largometrajes como Cowboys & Aliens. La llegada viene a dar una lección de humildad y a mostrar que no está todo el pescado vendido, pero que hay que dar un paso hacia adelante y dejarnos de láseres e hiperespacios para arriesgar con un guión fresco e insólito.

La llegada nos muestra el advenimiento de extraterrestres a diversos puntos de nuestro planeta y establece una cuestión que en la mayoría de películas del género se pasa por alto, pero que es una cuestión esencial y de obligada demanda cuando alguien desconocido y posiblemente peligroso se adentra en tu terreno: quién eres y qué quieres. Y de esto tratan las casi dos horas que conforman el celuloide. Como puedes comprobar, si esperabas ver naves espaciales y trajes plateados con leds brillantes por doquier, este no sería el negativo más recomendable. Eso si, pásate por la entrada de Guardianes de la Galaxia (vol 2.) que hicimos hace unos días, seguro que la vas a disfrutar más.

Porque, a pesar de ser una película de extraterrestres, la cinta trata en su conjunto del ser humano, de cómo afrontamos como raza una crisis global. El guión está centrado en el contacto que hace una lingüista (Amy Adams) con los visitantes, y los esfuerzos que hace para comunicarse y formular "la pregunta". Además, hace hincapié en las relaciones humanas, pero no tan solo a nivel individuo con individuo, sino que va más allá y establece el contacto entre naciones y las buenas relaciones internacionales globales como puente hacia el avance y la prosperidad humana.

Finalmente podemos notar que el metraje tiene un argumento palpitante, con un giro final que quizás no sea santo de mi devoción pero que casa con la trama y que no te llegas a esperar debido al tono melancólico del filme. Además, deja muchas preguntas y reflexiones al espectador que dan para varios café tertulias y que nos permite empatizar con la protagonista y su entorno.



Es oro puro: sus diálogos, sus introspecciones, su clímax. La forma de llevar la trama es sublime y cuando salen los títulos de crédito el espectador sigue aún con la boca abierta. El cine en general necesita más películas como La llegada.






Cuando naves extraterrestres comienzan a llegar a la Tierra, los altos mandos militares piden ayuda a una experta lingüista para intentar averiguar si los alienígenas vienen en son de paz o suponen una amenaza. Poco a poco la mujer intentará aprender a comunicarse con los extraños invasores, poseedores de un lenguaje propio, para dar con la verdadera y misteriosa razón de la visita extraterrestre.





29 de mayo de 2017

Vivir de noche (2016)

Una de gansters 

Empezaré diciendo que tengo debilidad por todo el cine que se centra en el mundillo de la mafia o similar. Habiéndome visto cantidad de títulos de esta temática creo que es un género que nos ha regalado verdaderas maravillas, productos que se cuecen a fuego lento y que son aptos para degustarlos en más de una ocasión. De  hecho, suele ser en visionados posteriores cuando te percatas de detalles o determinados diálogos que dan nuevos matices a la historia que se relata.

En esta ocasión, el mucho mejor director que actor Ben Affleck, se atreve a dirigir, protagonizar e incluso a realizar el guión de la novela homónima de Dennis Lehane. Como ya haría con su anterior y más que notable película Perdida, la que desde aquí os recomiendo que veáis. El resultado de esta última intentona es contradictorio: si bien es uno de los proyectos más flojos del Affleck director, eso no quiere decir que sea malo, ya que sinceramente esta cinta dentro de su género quedaría en el centro de la balanza. Sin ser un peliculón es una cinta bastante interesante y fácil de ver.

La trama se centra en una historia de venganza, pero no como la clásica película de acción. Ésta en su transcurso desarrolla unos personajes, nos enseña un contexto, un lugar, y diferentes caminos para ascender en un mundo duro, lleno de trampas, enemigos, y peligros. En el que la vida dura poco y vale aún menos, en el que la violencia está a la orden del día y tan sólo desemboca en más violencia. El guión está bien llevado, enseñando gran parte de la vida de nuestro protagonista. Es verdad que hay veces que peca de ingenuo, sobre todo en su tramo final, y es un poco desordenado, pero tiene buenos diálogos, con algunas escenas bastante potentes. Aunque no cuenta nada nuevo me ha conseguido transportar  a principios del pasado siglo cuando la ley seca imperaba y se me han pasado rápido las más de dos horas de película, y eso es de agradecer

El reparto es bastante completo y todos cumplen de sobra con su cometido, incluido nuestro inexpresivo amigo Ben. También me ha llamado la atención ver por fin a Zoe Saldana haciendo un papel sin estar debajo de kilos de maquillaje verde o azul. La producción está cuidadísima, lo que se agradece puesto que es el billete principal para embarcarnos en este viaje.



Película que tenía ganas de ver y que no me ha desilusionado. Es entretenida y aunque hay mejores opciones dentro del género, se deja ver muy bien. Posee un gran estilo y es muy llevadera.






Ambientada en Boston durante los años 20, en la época de la ley seca, gira en torno a un hombre que se adentra en el mundo del crimen organizado. 



26 de mayo de 2017

Zootrópolis (2016)

Cuando unos dibujos animados te ponen en tu sitio

Cuando te vienen a visitar las sobrinas tienes que tener un par de películas en el tintero por lo que pueda pasar. La mejor forma de terminar un día de pinturillas, plastilina y escondite es una película, y si puede ser interesante para los adultos, mejor. Así que me hice con un par de pelis para niños que la crítica alababa y, a pesar de que ellas escogieron Trolls, me quedé con el gusanillo de ver Zootrópolis. Dejando de lado que mi señora cayó en los brazos de Morfeo a medio filme, a mi me mantuvo maravillado con cada escena hasta el final de la película.

Y no es que las escenas de acción o los gráficos en 3D estuvieran muy depurados o bien animados, que también. Zootrópolis, como toda película para niños, termina con una moraleja, pero en este caso es una lección a voces que más de un adulto necesita. Tenemos que recordar que esta película se llevó el Óscar a la mejor película de animación, y sigue la línea de las películas de Disney que le precedieron: Rompe Ralph, Frozen y Big Hero 6.

El guión se centra en una historia de una coneja con grandes aspiraciones que hará todo lo posible por seguir su sueño. Vale, predecible en una película de Disney, e incluso tiene las clásicas escenas enternecedoras que se esperan de su marca. Pero le pega una vuelta a mitad de película que llega a sorprender a mayores y pequeños, que hace que el guión no cojee en toda su extensión y que te mantenga pegado a la pantalla hasta el final de la película. Es encantador ver cómo Disney le da pié a sus protagonistas, y sorprende observar la evolución de los mismos a lo largo del filme.

Los personajes son todos mamíferos, pero es tal el trabajo de diseño que tienen que se puede diferenciar  sin problemas uno de otro, a pesar de pertenecer a la misma especie. Además, la película es sumamente detallista, con detalles que incluso pasan fugaces por pantalla. No os perdáis a la cantante con aspecto de Shakira (a la que cede su voz) y cuerpo de gacela que en el filme han llamado "Gazelle", haciendo un símil nominal con la cantante Adele, o a la lista de éxitos que tiene la protagonista en su iPaws (iPod), y que van apareciendo a lo largo de la película. No tienen desperdicio.

Una de las lecciones de la película son los prejuicios y los tópicos atribuídos a personas por su aspecto físico o racial. Además, el tema del racismo es perfectamente tratado y explicado con símiles a los niños, con escenas críticas a la par que hilarantes. Sin duda, una forma ideal de educar y entretener que la factoría Disney ha ido depurando a lo largo de muchas películas. Atrás quedaron películas como Hermano oso, Chicken Little o Zafarrancho en el rancho, muy inferiores al nivel de esta compañía internacional; el cine infantil ha vuelto, y esta vez es para quedarse.



Es hilarante, es divertida y es educativa. Un producto hecho con muchas horas de trabajo y grandes cantidades de cariño que ha dejado un resultado excelente.







La moderna metrópoli mamífera de Zootrópolis es una ciudad absolutamente única. Está compuesta de barrios con diferentes hábitats como la lujosa Sahara Square y la gélida Tundratown. Es un crisol donde los animales de cada entorno conviven, un lugar donde no importa lo que seas. De hecho puedes ser cualquier cosa, desde un elefante enorme hasta la musaraña más diminuta. Pero cuando llega la optimista agente Judy Hopps, descubre que ser la primera conejita de un cuerpo policial compuesto de animales duros y enormes no es nada fácil. Pero está decidida a demostrar su valía y se mete de cabeza en un caso, a pesar de que eso significa trabajar con Nick Wilde, un zorro parlanchín y estafador, para resolver el misterio.




19 de mayo de 2017

Fast & Furious 8 (2017)

Esto no es a todo gas

Ayer fui al cine y hoy repito con algo totalmente diferente. Esta vez toca desconectar la cabeza, sentarse en la butaca, abrir la Coca-Cola, comerse a puñados las palomitas, exigir lo mínimo y buscar solo una cosa: entretenerse durante más de dos horas. Porque hoy toca A todo gas 8. Pensaréis: ¿lo ha conseguido? Tengo que reconocer que en parte sí, aunque también me ha dejado algo frío. No sé si he visto una de acción, o de superhéroes, o de espías, o una comedia... Lo que sí que tengo claro es que esto ha degenerado de tal manera que ya no es lo que era. Me explico.

Empecemos con el guión. Es inconexo y entrecortado aposta, pobre en contenido, un mero trámite para su desmesurada acción: escenas largas, en distintas localizaciones, repletas de explosiones, golpes y destrucción,  más parecidas a videoclips que a una película convencional. En estos momentos la película es excesiva, increíble a veces para mal. Nos intentan vender novedosas imágenes de acción, que algunas chirrían más que los coches que vemos en pantalla. Aquí vale todo, lo mismo controlo desde un ordenador todos los coches de Nueva York, que desvío un proyectil con el cuerpo o vuelo con unas alas de metal. ¿Pero detrás de todo esto qué hay? Pues una falta de ideas descomunal. Sinceramente no hay nada; la historia de siempre, mal contada y peor desarrollada, no tiene intención de avanzar y no cuenta nada nuevo, siendo otro capítulo más en esta larga saga. Y para rematar ni siquiera uno de los más entonados, porque esto ya no es A todo gas. No tiene nada que ver. ¿Coches? Sí, hay coches, pero son una mera excusa, no me extrañaría que en próximas entregas nuestros protagonistas vayan en naves espaciales o tengan poderes especiales... aunque, ¿quién dice que ya no los tengan?

Del reparto no puedo decir nada malo porque es un reparto brutal. Tiene más de una veintena de caras conocidas, un grupo de amigos que sin esfuerzo se juntan para recoger unos duros y de paso pasar un buen rato. Están todos bastante correctos. No me ha gustado que metan un personaje nuevo para intentar suplir el vacío dejado por Brian, el protagonista de las anteriores entregas interpretado por Paul Walker, que perdió la vida en un fatídico accidente de tráfico. La verdad es que se le echa muchísimo en falta durante toda la cinta.

Para acabar con la producción, solo se pueden decir cosas positivas. Es lo más notorio de la cinta, en lo que demuestra todo su poderío. Unas localizaciones seleccionadas con detenimiento, una puesta en escena abrumadora, con unos efectos especiales que sólo productos como éste pueden dar y una banda sonora saturada de los hits más actuales.



Película entretenida, repleta de acción pero falta de guión. Exagerada e incoherente desde su primera escena. Que si es verdad que no se le puede pedir mucho en su desarrollo, una historia mejor pensada la convertiría en un producto mucho más atractivo. Se deja ver, aunque no está entre las mejores entregas, denota cansancio y pierde gran parte de su esencia.






Con Dom y Letty de luna de miel, Brian y Mia fuera del juego y el resto de la pandilla exonerada de todo cargo, el equipo está instalado en una vida aparentemente normal. Pero cuando una misteriosa mujer (Charlize Theron) seduce a Dom (Vin Diesel) para regresar nuevamente al mundo del crimen, se ve incapaz de rechazar la oportunidad, traicionando así a todo el mundo cercano a él. A partir de ese momento todos se enfrentarán a pruebas como nunca antes habían tenido. Desde las costas de Cuba y las calles de Nueva York hasta las llanuras del mar de Barents en el océano Ártico, nuestra fuerza de élite recorrerá el globo para impedir que un anarquista desencadene el caos en el mundo... y por supuesto para traer de vuelta a casa al hombre que les hizo una familia




18 de mayo de 2017

Z. La Ciudad Perdida (2017)

Una narrativa que se echa de menos

Le estamos cogiendo el gustillo a ir juntos de la mano al cine y ayer nos tocó reunirnos, más tarde que temprano, para ver una película biográfica sobre un famoso explorador, Percy Fawcett, y sus viajes por la Amazonia para encontrar lo que él denominaba Z, una ciudad perdida con calles de oro y ríos de plata, de aspecto similar a El Dorado. Quiero remarcar la palabra "biográfica" de mi anterior frase, porque de esto trata la película, y además, me gustaría resaltar la omisión de la palabra "aventura", porque si es lo que esperáis encontrar en este celuloide vais a salir escaldados.

La película está ambientada cronológicamente en el primer cuarto del siglo XX, y hay que reconocerle que la caracterización y el entorno en el que se mueven los personajes nos enmarca acertadamente en esta época. Y es precisamente este uno de los factores que más atraen de la película: una fotografía sublime hace que, el también director de Medianoche en París, el franco-iraní Darius Khondji, nos sepa llevar a lo más profundo de las selvas brasileñas sin elevar innecesariamente el contraste de la imágen en pantalla; ese verde esmeralda de la vegetación al que el cine de Hollywood nos tiene acostumbrados cada vez que un personaje pisa una selva o bosque.

En cuanto a los personajes la película no se ha querido quedar atrás, pero en este caso se ha decantado por la calidad interpretativa del casting frente a el artista popular de turno. El papel protagonista se lo lleva Charlie Hunnam, al que ya iba siendo hora de darle un papel a su medida tras su paso por Sons of Anarchy. Además, nos sorprende gratamente la actuación de Robert Pattinson en el papel de Henry Costin, el eterno compañero leal. Muchos pensábamos que tras su papel de vampiro purpurinesco le iba a ser difícil salir del hoyo que él mismo se había cavado. Parece que nos equivocábamos.

Para terminar, y por ponerle un matiz menos positivo, diré que para el público menos cinéfilo se puede llegar a hacer larga. Aún así, sería como decir que Forrest Gump, como cuenta toda la vida del protagonista, es una película mala. La película distribuye su metraje por fechas, como si estuviéramos leyendo un diario, aunque bien podríamos distribuirla por los hijos que el protagonista va teniendo a lo largo de la película. Combina la narración con hechos históricos ocurridos a nivel mundial que afectan directamente a los protagonistas. Conviene no distraerse, porque de una de estas entradas de diario a otra, puede haber un salto de varios años.



La película sorprende gratamente como una muestra del cine clásico moderno, alabando valores como el autosacrificio, la curiosidad por lo desconocido, la camaradería entre iguales y el valor para afrontar situaciones críticas. Una película reflexiva e interesante.






Durante siglos, los europeos discutieron la existencia de una antigua civilización en la selva del Amazonas. A principios del siglo XX, el británico Percy Fawcett (Charlie Hunnam) participó en una expedición tras otra, convencido de poder encontrar esta legendaria ciudad en cuya búsqueda han muerto cientos de hombres. En 1925, en su viaje más ambicioso y obsesivo, Fawcett desapareció en lo más profundo de la selva, al igual que todas las expediciones que han seguido su rastro.




16 de mayo de 2017

La Gran Muralla (2016)

Un cuento chino

Miedo, esa es la sensación que tenía antes de ponerme a ver esta película. Es que la combinación de esta cinta es la bomba: a un lugar emblemático como es la muralla china le sumamos un ejército de chinos con el bueno de Matt Damon a la cabeza de todos ellos defendiéndose del ataque de hordas de lagartos gigantes procedentes del espacio. Ufff... imaginaros. Y todo esto acompañado de unas críticas pésimas, por supuesto. Lleno de un valor resignado le di al Play.

Es curioso que este circo esté dirigido por uno de los mejores directores del cine oriental, Zhang Yimou, que firmó películas como las notables Hero y La casa de las dagas voladoras. Esta vez  mete la pata hasta el fondo arriesgándose con uno de los productos más estrafalarios y, sin duda, más desastroso de su carrera.

Y es que aquí poco se salva de la hoguera. La historia, escrita en su totalidad  por guionistas de Hollywood, es pobrísima, chirría por todos los costados. Está mal narrada pero es que hacerlo bien hubiese sido complicado, es absurda y con un desarrollo infantiloide, hasta el punto de llegar a la vergüenza ajena. Los enemigos, los bichos verdes, son excesivamente básicos y tópicos, no le han echado ni una pizca de imaginación. En resumidas cuentas, un desastre absoluto. Me ha costado seguirla, parándola para descansar en varias ocasiones porque mi cerebro no asimilaba correctamente semejante festival de chorradas. Esta película debería  advertir que puede llegar a ser perjudicial para la salud del espectador.

Los personaje no son nada carismáticos, con unos diálogos acartonados y unas actuaciones poco logradas. Matt Damon, capaz de lo mejor y de lo peor, se debería de avergonzar al ver su trabajo.

Un punto a favor se lo daré a su producción, que es fantástica. Los escenarios, decorados y maquillaje son del más alto nivel, y vienen acompañados de un derroche de efectos digitales y de una banda sonora épica.



Lo que es malo es malo, no merece que le déis más vueltas.  Estúpida y ridícula hasta decir basta. Pésima en todo menos en su factura técnica. El gran desafío es llegar a terminar de verla.






China, siglo XV. Un mercenario inglés (Matt Damon) y otro español (Pedro Pascal) son testigos del misterio que rodea a la construcción de la Gran Muralla China; ambos descubrirán que no se construyó para mantener alejados a los mongoles, sino para algo más peligroso: la mítica muralla ha sido edificada para detener la llegada de monstruos devoradores de carne humana.




13 de mayo de 2017

Alien: Covenant (2017)

El que mucho abarca...

Me pongo a escribir esta crítica nada más ver la tan esperada nueva película de la saga Alien. Y muy a mi pesar me he llevado una enorme desilusión, incluso enfado, ante la poca imaginación  del cine actual, la acumulación de entregas que no arriesgan nada y se estrenan a sabiendas que funcionarán bien por su renombre, con el único objetivo de llenarse los bolsillos y sin tener la más mínima consideración con el espectador. La espera de todos estos años para nada ha sido complacida.

La película nos sitúa diez años después de su predecesora. La nave colonizadora Covenant, que lleva en su interior 15 tripulantes, 2000 colonos y varios miles de embriones; lleva rumbo a un planeta de características similares a la tierra con la intención de asentarse en él cuando intercepta una señal extraña que, descubren, procede de un planeta hasta entonces desconocido y que posee unos parámetros de habitabilidad aún mejores que los de su destino original. Ante este misterio la tripulación decide variar el rumbo paraa descubrir qué es lo que ha originado el mensaje que acaban de recibir. Y hasta aquí os puedo contar.

La película comienza con un prólogo, tan interesante como revelador, que enlaza con  Prometheus. Desafortunadamente, es de las pocas pinceladas que tendrá como referencia a ésta, y la intención de ampliar la historia de su antecesora se desvanece con el paso de los minutos. Esta vez no quiere meterse en demasiados berenjenales, no vaya a ser que luego no sepa salir. Scott es conocedor de que tiene un proyecto importante entre manos y, buscando satisfacer a la crítica, intenta enfocarlo más hacia la saga original, como se puede intuir tanto en su título como en su póster de cartelera. Sinceramente tampoco llega a conseguirlo, y creo que el mayor problema de este proyecto es que no sabe complacer ni a los amantes de Alien y ni a los de Prometheus.

La historia es un desbarajuste total: mal contada, mal hilada, con un ritmo muy pesado, cantidad de altibajos... lo mismo te regala un diálogo rico en contenido al que le sucede otro que no tiene ningún trasfondo, que una escena de acción seguida de varios minutos de aburrimiento. La cinta no arranca hasta su minuto 90, momento en el que he mirado la hora y he pensado: "llevo tres tercios de película y no ha pasado nada". Ni sorprende ni arriesga, con unos personajes sin ningún desarrollo, unos giros de guión previsibles y sin tomar una posición de manera decidida. Parece que quiere contar cantidad de cosas pero tan solo cuenta una y de manera bastante deficiente. Es cierto que en su tramo final, en el que explota la acción, se desenvuelve mejor, en un terreno ya conocido, porque cuando más bruta, y desenfrenada se vuelve, mejor se siente. Una pena que este momento sea demasiado breve y se asimile más como un buen postre, como un adorno final al mal menú que acabamos de degustar.

Uff, ahora toca el turno del reparto, del que solo se salva Michael Fassbender. Se nota que la película está hecha para su lucimiento.  Es más, en vez de un papel central realiza dos, dando vida a dos androides con interior completamente distinto. El resto de los actores pasa desapercibido, incluso alguno, como la protagonista femenina, son de lo menos expresivo y carismático que se ha visto en los últimos años. Otro detalle curioso es que actores de la talla de James Franco tengan una aparición en la cinta menor a un minuto de duración.

Para terminar, en la producción hay poco que reprochar siendo un producto de este calibre, lo único negativo es que la imagen es demasiado oscura, dificultando su visionado en las escenas de ritmo acelerado.




La segunda más floja de toda la saga. La película en ningún momento se centra en lo que quiere ser y en donde nos quiere llevar. Es uno de los productos más desilusionantes y desequilibrados de los últimos tiempos. No la llego a suspender porque algún matiz sí que me ha llamado la atención, tiene algún guiño a sus hermanas mayores y puede ser un inicio interesante para lo que esté por venir.
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Una engañifa. El timo de la estampita. Un "se mueve la bolita, señora, caballero" que se han marcado en nuestros morros para sacarnos los cuartos. Un servidor no puede decir que no haya disfrutado viendo ciertas escenas de la película, pero de lo que se supone que íbamos a ver a lo que nos hemos llevado a casa hay una diferencia demasiado grande. Y no es solo la decepción que siento, es que esta saga se merecía una buena precuela, los fans la pedían y había medios para crearla. Lo que no había eran ganas. Parece ser que a Ridley Scott se le han acabado los polvos mágicos, y ya no sólo basta con su nombre para hacernos ir al cine. Me pegáis un toque cuando os encontréis con una nueva película de Alien que merezca la pena, porque un servidor no vuelve al cine para volver escaldado.


Alien Covenant peca de ser una película exageradamente pretenciosa. Scott es demasiado autoconsciente de la repercusión que va a tener su trabajo y trata de dotar de trascendencia el mensaje de la cinta a la base de escenas grandilocuentes y de falsa solemnidad. Tiene algunas escenas y diálogos reseñables, con una carga reflexiva importante, pero todo se pierde en un conjunto que acaba siendo un derroche de pretenciosidad. De hecho, los momentos en los que el espectador se encuentra más a gusto es cuando abandona ese tono grave y retoma las escenas de tensión y terror que caracterizaron a las entregas anteriores. Sin embargo, la cinta tiene un ritmo extraño y estas escenas se asemejan a pequeñas islas en un mar de tedio. Con un director como Ridley Scott es muy complicado hablar de mala película, pero si vas a verla, ármate de paciencia porque la vas a necesitar.







Rumbo a un remoto planeta al otro lado de la galaxia, la tripulación de la nave colonial 'Covenant' descubre lo que creen que es un paraíso inexplorado, y que resulta ser un mundo oscuro y hostil.