26 de abril de 2017

El Bar (2017)

Demasiada película para tan poco final

Hoy toca hablar de la nueva pelicula de nuestro paisano  Alex de la Iglesia. Entré con miedo al cine, porque si bien es verdad que me cautivó con sus primeras obras, las ultimas han dejado bastante que desear: productos de poca calidad y con una notoria falta de cariño hacia sus espectadores. Pero ya se sabe, el dinero es el dinero.

He de reconocer que la sensación al encenderse las luces ha sido más gratificante de lo esperado, la película vuelve a retomar la esencia propia  del director, con todas sus virtudes y defectos, con esos excesos, tópicos y situaciones esperpénticas que tanto le gustan. Y esto es de agradecer, porque aunque dista de ser un producto redondo, está más cerca de sus primeros trabajos que de los últimos.

La función comienza con unos títulos de crédito que descubren en demasía la causa del embrollo, siendo ésta nada original, aunque también es verdad que se trata tan sólo del pretexto para poder encerrar a los personajes en un espacio cerrado y mostrar sus reacciones. La apertura nos sitúa en Madrid, primera hora de la mañana, varios personajes coinciden en el típico bar castizo de barrio, de los de toda la vida, donde todos se conocen. Una ludópata, un policía jubilado, un hipster, un barrendero, un banquero, un indigente..... y de repente entra la niña guapa, que ha ido a dar en tal lugar por pura casualidad. La niña mona necesita un cargador de movil, el banquero que le cobren... cuando súbitamente ocurre algo terrible y los personajes quedan encerrados como ratas en una jaula. En este momento el lugar se convierte en el escenario de una lucha enclaustrada por la supervivencia, sacando a la luz los prejuicios, las mentiras y la auténtica naturaleza humana.
La trama se inicia con los niveles de genialidad a los que nos tiene acotumbrados de la Iglesia, pero se va desinflando a medida que avanzan los minutos para desembocar en un final falto de ideas y apresurado. La película transcurre en tres escenarios que actúan como puntos de inflexión segmentándola en tres partes bien diferenciadas:

Acto 1: se abre con una presentación de personajes en un solo plano-secuencia magistral, que acaba situándonos en el interior de la tasca. Un pistoletazo de salida brutal, nunca mejor dicho. Los diálogos y primeras caracterizaciones de los personajes se suceden con maestría, incrementando la intriga y el interés continuamente. Es un arranque que engancha de manera poderosa a la situación delirante que estamos presenciando.

Acto 2: la película se siente más encerrada, con un déficit de personajes y falta de aire fresco. Es cierto que es ahora cuando tiene lugar el gran puntazo de la película... original y bien pensado a mi parecer. Pero después de éste todo comienza a deslizarse por una pendiente, los giros son escasos y la trama no está al nivel inicial.Con todo, continúa manteniendo el interés.

Acto 3: la historia cae en un pozo vacío, no está  bien atada, tiene un giro incoherente y se aprecia cierto cansancio y falta de ideas para el desenlance, que acaba siendo cerrado con desgana y de forma nefasta. Lo peor de todo es que esto mismo ya le ha ocurrido al director en numerosas ocasiones, convirtiéndose casi en un defecto de fábrica. La escena final es irrisoria y muy poco verosímil. La moraleja que trata de transmitir es excesiva. Todo ello afea el resultado final, que no se salva ni con el semidesnudo de Blanca Suárez.

El reparto lo componen ocho actores, émulos de Los odiosos ocho, con unos personajes que cada uno es más peculiar, depravado, siniestro y oscuro que el anterior. En su conjunto todos están de aprobado, incluso Mario Casas, actor que en estos papeles se siente más cómodo. Pero si hay que destacar alguna interpretación esta sería sin lugar a dudas la de Jaime Ordóñez en la piel del vagabundo borracho y trastornado. Sin duda el rey del metraje, con una caracterización notable y una actuación fantástica en un papel nada sencillo.

En cuanto a los aspectos técnicos, sólo podemos señalar que nos encontramos ante una cinta de autor, con una fotografía muy cuidad, un movimiento de cámara espectacular y un montaje exquisito. Todo ello unido a una banda sonora que sin ser destacable sabe mantener la tensión en todo momento. En definitiva, todo un ejemplo de saber hacer.




Película entretenida con regusto al buen cine de Alex de la Iglesia. Si bien no llega al nivel de algunos de sus títulos previos satisfacerá tanto a los seguidores del director como a un público más convencional.









9:00 de la mañana. Un grupo de personas absolutamente heterogéneo desayuna en un bar en el centro de Madrid. Uno de ellos tiene prisa; al salir por la puerta recibe un disparo en la cabeza. Nadie se atreve a socorrerle. Están atrapados.





2 comentarios:

  1. Excesivamente generoso en esta valoración, para mi hace aguas durante casi toda la pelicula

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  2. Está claro, hay diferentes gustos, y Busto hoy me ha comentado uno del trabajo, que ha el, le ha parecido muy floja, esta cojonudo que os animéis y pongáis aquí vuestra opinión, que la mía es otra sin más.

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