22 de abril de 2017

Train to Busan (Estación Zombie) (2016)

Un quiero y no puedo de manual

Las películas de terror son como la fruta a granel: si la primera pieza que te comes sabe bien, para. El resto probablemente no cumpla con las expectativas. Si a pesar de ello te atreves con la siguiente, te puedes topar con Train to Busan. Esta película de terror de casi dos horas deja un raro sabor de boca, a pesar de que a priori pueda tener un aspecto saludable. Y no, en Loko por el cine no nos hemos vuelto tan hipsters como para alardear de ver cine surcoreano. Pero una puntuación del 97% en Rotten Tomatoes no es algo que podamos dejar pasar por alto.

La película juega con la fórmula padre-hijo en un apocalipsis: el elemento protector frente al elemento indefenso. Hasta aquí todo bien. También tenemos el elemento que por aquí conocemos como "el negro de Amanecer de los muertos". Perfecto. Está el arrogante y egoista capullo, el personaje que engloba el instinto maternal, el bravo jovenzuelo y su chica... Repasando todos los personajes de la película, podemos ver que están todos los clichés necesarios para crear una película de zombies de manual. ¡Y los zombies son de los que corren! Entonces, ¿qué puede salir mal?

Para empezar, la sobreactuación asiática. Pero bueno, siendo justos y a fin de cuentas, es una película asiática. Vale. Que los zombies se giren como si estuviéramos en medio de un videoclip de Michael Jackson es algo a lo que nos podemos acostumbrar en sus casi dos horas de metraje. Dos horas. Una de zombies, dos horas. Se hace larga hasta la saciedad, larguísima, de esas que te puedes ir al baño y volver sin ponerla en pausa sin que pase nada.

Aparte de su cansina duración, el guión carece de esa tensión que nos gusta sentir a los amantes del género zombie. A los personajes, faltos absolutamente de emociones, cuesta arrancarles una lágrima de la cara, a pesar de que acaben de ver a su ser más querido ser devorado por muertos vivientes. Los giros repentinos para darle estabilidad al guión generan carcajadas en el espectador. Por otro lado, y a pesar de las carencias del guión, podemos destacar el rodaje y la fotografía, que a pesar de contar con 9 millones de dólares sorprende por su ejecución.



La película se hace larga y tiene un guión muy flojo. No es la película sobre el apocalipsis zombie que recomendarías a tu cuadrilla de amigos.








Un virus letal se expande por Corea del Sur, provocando violentos altercados. Los pasajeros de un tren KTX que viaja de Seúl a Busan tendrán que luchar por su supervivencia.





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