27 de abril de 2017

Del Revés (2015)

Cuando las emociones cobran vida en tu interior

Cuando hablamos de una película de Disney Pixar podemos prever el resultado final de la misma dependiendo del nivel de bombo publicitario que se le haya dado. Si te conoces el nombre del protagonista antes de ir a verla es de las que han metido bien de pasta. Si tu anciana madre canturrea la canción principal de la película mientras hace ganchillo tiene que ser de las buenas. Y así empiezas a ver Del Revés, con unas expectativas que no sabes si la película va a cumplir o se va a quedar a medias, como en otras ocasiones.

Tenemos que tener claro que es una película para niños. Quizás nos encontremos algún guiño al público más adulto pero principalmente hablamos de una película con una imagen y diseño totalmente infantil. A pesar de ello, cuenta con un tema que toca todas las edades: los sentimientos. Ya tengas ocho que ochenta, cuando se trata de un tema tan empatizable a tantos niveles, la película te va a hablar directamente.

El problema puede residir en cómo lo haga. Porque vale, es un buen tema, pero también complicado. Y más aún tratándose de una película para niños al estilo Pixar. Así que lo enfocan tratando un tema que afecta tanto a adultos como a pequeños: un cambio radical, en este caso, una mudanza a otra ciudad lejos de los amigos de siempre. Como ya pudimos ver en El viaje de Chihiro, son los cambios en el día a día, en nuestro círculo de seguridad, lo que hace que las personas reaccionemos de una manera completamente distinta a como lo hemos hecho hasta ahora. Que sea una reacción positiva o negativa dependerá de muchos, muchísimos factores.

Y llegar a los cinco protagonistas que residen en el interior de Riley, la protagonista humana, tampoco fue sencillo. Alegría, Ira, Tristeza, Miedo y Asco son los sentimientos personificados que forman el nudo de la película y fueron escogidos de entre 27 sentimientos totales. Pero para la historia que querían contar encajan en el guión perfectamente. Además, no dejemos de observar la maestría de Pixar en el diseño de personajes. Plantéate dibujar un color con forma antropomórfica y que sea completamente diferente del resto de colores. Este es el reto que han tenido que asumir los diseñadores.

El guión es lo que más puede flojear para el público adulto porque carece de esa racionalidad que a toda película o historia pretendemos darle. Sin embargo, para los más pequeños se hace una aventura tras otra, con el momento reflexivo o la moraleja que toda película infantil ha de poseer: madurar a través de nuestras experiencias. Cómo superando los retos que nos ponemos día tras día nos vamos haciendo lo que finalmente somos. Para bien o para mal.

Sin lugar a dudas esta película es más un manual de educación emocional que un simple entretenimiento de dibujos animados. Es emocionante, divertida y nos retrotrae a aquel momento en el que, de jugar con los He-Man, pasamos a perseguir a las jovenzuelas por el patio del colegio. O a los jovenzuelos. No es de extrañar que se esté utilizando para trabajar la compresión de las emociones con niños con autismo.




Esta no es una película que puedas dejar pasar. Para los niños es instructiva, emocionante y llena de color. Y si además eres de los que tienen la lágrima fácil mete en el bolso un par de paquetes de Kleenex. Por lo que pueda pasar.








Riley es una chica que disfruta o padece toda clase de sentimientos. Aunque su vida ha estado marcada por la Alegría, también se ve afectada por otro tipo de emociones. Lo que Riley no entiende muy bien es por qué motivo tiene que existir la Tristeza en su vida. Una serie de acontecimientos hacen que Alegría y Tristeza se mezclen en una peligrosa aventura que dará un vuelco al mundo de Riley.




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