10 de abril de 2017

Rogue One: Una historia de Star Wars (2016)

Una nueva esperanza

Como el propio título advierte esto es una historia de Star Wars, un vistazo al universo creado por George Lucas más allá de los grandes personajes y acontecimientos de los Episodios. Situada entre el Episodio III y el IV, narra cómo la Alianza Rebelde consigue hacerse con los planos de un nuevo arma que está desarrollando el Imperio, la Estrella de la Muerte.

Lo primero que hay que saber es que estamos ante un subproducto de la multimillonaria saga galáctica. Y como un título menor carece de numeración, la publicidad (dentro de la expectación mundial que genera Star Wars) ha sido más moderada y ha contado con un presupuesto menor que el de sus hermanas mayores. Pero todo esto no debería hacernos pensar que nos vamos a encontrar ante una película peor. De hecho, es bastante superior a algunas de las últimas entregas canónicas, recuperando el espíritu aventurero de la trilogía original.

Lo primero que llama la atención es la falta de esos títulos de crédito tan potentes, esa ya mítica introducción de letras de color amarillo con esa vibrante banda sonora que nos traslada a nuestros tiempos mozos. Otro aspecto a destacar es la ausencia de esos personajes que configuraron la ideosincrasia de la saga, los jedi. Aunque es verdad que esta carencia ha sido subsanada mediante el truco de presentar un personaje sensitivo a la Fuerza que, a la postre, juega el mismo rol.

En cuanto a la trama en sí, es más madura, con un punto de cierta oscuridad y más cercana al barro de una guerra. El guión no se complica y es muy efectivo en su sencillez. Su mayor demérito es que peca de exceso de metraje y de problemas de ritmo y mantenimiento del interes y la tensión. La primera hora es densa y confusa, con la presentación de un montón de personajes y localizaciones a los que cuesta insertar dentro de la trama. Sin embargo, una vez pasada esta parte, el resto de la película está repleta de acción, con las líneas argumentales bien cerradas y un final adecuado para el tono adulto que le han dado a esta entrega.

Del elenco de actores, jóvenes conocidos y con carreras prometedoras, el resultado obtenido es solo de aprobado raspado. Ninguno resalta en nada, realizan su papel y punto. Resulta llamativa la aparición de Donnie Yen, que hace un papel parecido al que ya desarrolló en su notable Ip Man.

En cuanto al tema de la produccion, ya os podéis imaginar que los efectos especiales han de ser espectaculares. Y ciertamente lo son, aunque en uno de sus aspectos más señalados, la resurrección de ciertos actores mediante técnicas digitales, a pesar del hito que supone no me acaba de convencer porque no termina de conjugarse adecuamente con la imágen real, dando cierto aspecto de videojuego. La banda sonora es por su parte, un acierto, pues si comenzamos la película echando en falta el característico tema original, pronto habremos olvidado cualquier nostalgia envueltos en sus apabullantes partituras.



Tras la gran decepción del episodio VII, nos llega más en silencio, Rogue One, que no siendo una gran película, es muy disfrutable, especialmente en su segunda parte. Incluso puedo decir que por momentos recuerda a la trilogía original, el mejor elogio que se le puede hacer a cualquier película de Star Wars. 






El Imperio Galáctico ha terminado de construir el arma más poderosa de todas, la Estrella de la muerte, pero un grupo de rebeldes decide realizar una misión de muy alto riesgo: robar los planos de dicha estación antes de que entre en operaciones, mientras se enfrentan también al poderoso Lord Sith conocido como Darth Vader, discípulo del despiadado Emperador Palpatine. Film ambientado entre los episodios III y IV de Star Wars






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