Esta película irlandesa, distribuida por Netflix, es el primer proyecto cinematográfico de Richie Smith, conocido director de anuncios publicitarios y videos musicales (U2, Bon Jovi). Sin embargo, no podemos hablar de una destacable opera prima, ya que su inexperiencia es notable y la cinta se tambalea en muchos puntos.
Lo primero que nos tiene que contar este tipo de cine es una historia atractiva y emotiva, y aquí ya comienza fallando. Aunque nos presenta a un contingente militar irlandés de la ONU enviado al Congo a defender una zona de vital importancia estratégica para verse rápidamente sitiados por un gran número de soldados congoleños, no nos desprendemos en ningún momento de la sensación de estar ante algo que ya nos han contado cientos de veces. Y aunque se base en hechos reales no consigue dotar de entidad lo que ocurre en la pantalla como para que sea una gesta digna de una película.
Estamos ante un producto de presupuesto considerable y tiene muchísima acción, que es prescisamente donde mejor se siente la cinta. La pregunta que me queda es ¿a dónde llega con un producto que se nota con pretensiones y respaldado con un buen surtido de medios? Pueslamentablemente se queda bien corta: la batalla parece rodada en el patio de un colegio, con una coreografía deficiente, imágenes cutres y escasa intensidad dramática. A ello hay que añadirle un planteamiento maniqueo que se plasma hasta en la capacidad militar de los personajes: frente a los 150 soldados "buenos", excelentes militares y dotados de una capacidad de resistencia sobrehumana, se enfrentan a una horda de 3000 "malos" que tan sólo figuran para sufrir bajas y que van equipados con armas de juguete.
El guión brilla por su ausencia. La batalla es mil veces anunciada y cuando parece que van a iniciarse las hostilidades los congoleños se van a merendar y vuelta a empezar. Y eso que ya he dicho que es en las partes de acción donde mejor fluye la película, porque cuando nos muestra la trama política nos damos cuenta de lo convencional que es, con diálogos estereotipados y ningún elemento de tensión. Y forzadamente tengo que hablar de su conclusión. Después de lo visto durante la película el final resulta ser un corte poco sutil y en modo alguno épico. Que aunque el resultado que quieran plasmar sea éste está realizado de manera tan deficiente que te hace pensar: ¿por qué 120 minutos de duración si podía haber terminado igualmente en 20?
La impresión que deja el reparto tampoco es que sea mucho más positiva. Destaca la presencia de Mark Strong, que pese a no realizar su mejor interpretación, con frases escasas y un peluquín irrisorio, siempre sube la nota de este tipo de productos. En un plano negativo resalta Jamie Dorman, el actor de 50 sombras de Gray, que al igual que en otros trabajosprevios, no consigue convencer gracias a su notoria inexpresividad.
Para acabar con el tema de la producción, los efectos especiales son mínimos y bastante flojos. De la banda sonora ni guardo recuerdo de ella. Hay que mencionar también el doblaje nefasto de Netflix y una puesta en escena desconcertante y de escaso nivel.

Película poco recomendable, llena de altibajos y carente de emocion. Eligiendo al azar dentro del género bélico posiblemente veréis algo mejor.


Año 1961, en el Congo. Jadotville cuenta la verdadera historia del comandante Patrick Quinlan y su batallón de 150 soldados irlandeses de la ONU, sitiados por 3.000 soldados congoleños bajo el mando de mercenarios franceses y belgas que trabajaban para empresas mineras.
