28 de abril de 2017

El Asedio de Jadotville (2016)

Una batalla con armas de juguete

Esta película irlandesa, distribuida por Netflix, es el primer proyecto cinematográfico de Richie Smith, conocido director de anuncios publicitarios y videos musicales (U2, Bon Jovi). Sin embargo, no podemos hablar de una destacable opera prima, ya que su inexperiencia es notable y la cinta se tambalea en muchos puntos.

Lo primero que nos tiene que contar este tipo de cine es una historia atractiva y emotiva, y aquí ya comienza fallando. Aunque nos presenta a un contingente militar irlandés de la ONU enviado al Congo a defender una zona de vital importancia estratégica para verse rápidamente sitiados por un gran número de soldados congoleños, no nos desprendemos en ningún momento de la sensación de estar ante algo que ya nos han contado cientos de veces. Y aunque se base en hechos reales no consigue dotar de entidad lo que ocurre en la pantalla como para que sea una gesta digna de una película.

Estamos ante un producto de presupuesto considerable y tiene muchísima acción, que es prescisamente donde mejor se siente la cinta. La pregunta que me queda es ¿a dónde llega con un producto que se nota con pretensiones y respaldado con un buen surtido de medios? Pueslamentablemente se queda bien corta: la batalla parece rodada en el patio de un colegio, con una coreografía deficiente, imágenes cutres y escasa intensidad dramática. A ello hay que añadirle un planteamiento maniqueo que se plasma hasta en la capacidad militar de los personajes: frente a los 150 soldados "buenos", excelentes militares y dotados de una capacidad de resistencia sobrehumana, se enfrentan a una horda de 3000 "malos" que tan sólo figuran para sufrir bajas y que van equipados con armas de juguete.

El guión brilla por su ausencia. La batalla es mil veces anunciada y cuando parece que van a iniciarse las hostilidades los congoleños se van a merendar y vuelta a empezar. Y eso que ya he dicho que es en las partes de acción donde mejor fluye la película, porque cuando nos muestra la trama política nos damos cuenta de lo convencional que es, con diálogos estereotipados y ningún elemento de tensión. Y forzadamente tengo que hablar de su conclusión. Después de lo visto durante la película el final resulta ser un corte poco sutil y en modo alguno épico. Que aunque el resultado que quieran plasmar sea éste está realizado de manera tan deficiente que te hace pensar: ¿por qué 120 minutos de duración si podía haber terminado igualmente en 20?

La impresión que deja el reparto tampoco es que sea mucho más positiva. Destaca la presencia de Mark Strong, que pese a no realizar su mejor interpretación, con frases escasas y un peluquín irrisorio, siempre sube la nota de este tipo de productos. En un plano negativo resalta Jamie Dorman, el actor de 50 sombras de Gray, que al igual que en otros trabajosprevios, no consigue convencer gracias a su notoria inexpresividad.

Para acabar con el tema de la producción, los efectos especiales son mínimos y bastante flojos. De la banda sonora ni guardo recuerdo de ella. Hay que mencionar también el doblaje nefasto de Netflix y una puesta en escena desconcertante y de escaso nivel.




Película poco recomendable, llena de altibajos y carente de emocion. Eligiendo al azar dentro del género bélico posiblemente veréis algo mejor.






Año 1961, en el Congo. Jadotville cuenta la verdadera historia del comandante Patrick Quinlan y su batallón de 150 soldados irlandeses de la ONU, sitiados por 3.000 soldados congoleños bajo el mando de mercenarios franceses y belgas que trabajaban para empresas mineras. 



27 de abril de 2017

Del Revés (2015)

Cuando las emociones cobran vida en tu interior

Cuando hablamos de una película de Disney Pixar podemos prever el resultado final de la misma dependiendo del nivel de bombo publicitario que se le haya dado. Si te conoces el nombre del protagonista antes de ir a verla es de las que han metido bien de pasta. Si tu anciana madre canturrea la canción principal de la película mientras hace ganchillo tiene que ser de las buenas. Y así empiezas a ver Del Revés, con unas expectativas que no sabes si la película va a cumplir o se va a quedar a medias, como en otras ocasiones.

Tenemos que tener claro que es una película para niños. Quizás nos encontremos algún guiño al público más adulto pero principalmente hablamos de una película con una imagen y diseño totalmente infantil. A pesar de ello, cuenta con un tema que toca todas las edades: los sentimientos. Ya tengas ocho que ochenta, cuando se trata de un tema tan empatizable a tantos niveles, la película te va a hablar directamente.

El problema puede residir en cómo lo haga. Porque vale, es un buen tema, pero también complicado. Y más aún tratándose de una película para niños al estilo Pixar. Así que lo enfocan tratando un tema que afecta tanto a adultos como a pequeños: un cambio radical, en este caso, una mudanza a otra ciudad lejos de los amigos de siempre. Como ya pudimos ver en El viaje de Chihiro, son los cambios en el día a día, en nuestro círculo de seguridad, lo que hace que las personas reaccionemos de una manera completamente distinta a como lo hemos hecho hasta ahora. Que sea una reacción positiva o negativa dependerá de muchos, muchísimos factores.

Y llegar a los cinco protagonistas que residen en el interior de Riley, la protagonista humana, tampoco fue sencillo. Alegría, Ira, Tristeza, Miedo y Asco son los sentimientos personificados que forman el nudo de la película y fueron escogidos de entre 27 sentimientos totales. Pero para la historia que querían contar encajan en el guión perfectamente. Además, no dejemos de observar la maestría de Pixar en el diseño de personajes. Plantéate dibujar un color con forma antropomórfica y que sea completamente diferente del resto de colores. Este es el reto que han tenido que asumir los diseñadores.

El guión es lo que más puede flojear para el público adulto porque carece de esa racionalidad que a toda película o historia pretendemos darle. Sin embargo, para los más pequeños se hace una aventura tras otra, con el momento reflexivo o la moraleja que toda película infantil ha de poseer: madurar a través de nuestras experiencias. Cómo superando los retos que nos ponemos día tras día nos vamos haciendo lo que finalmente somos. Para bien o para mal.

Sin lugar a dudas esta película es más un manual de educación emocional que un simple entretenimiento de dibujos animados. Es emocionante, divertida y nos retrotrae a aquel momento en el que, de jugar con los He-Man, pasamos a perseguir a las jovenzuelas por el patio del colegio. O a los jovenzuelos. No es de extrañar que se esté utilizando para trabajar la compresión de las emociones con niños con autismo.




Esta no es una película que puedas dejar pasar. Para los niños es instructiva, emocionante y llena de color. Y si además eres de los que tienen la lágrima fácil mete en el bolso un par de paquetes de Kleenex. Por lo que pueda pasar.








Riley es una chica que disfruta o padece toda clase de sentimientos. Aunque su vida ha estado marcada por la Alegría, también se ve afectada por otro tipo de emociones. Lo que Riley no entiende muy bien es por qué motivo tiene que existir la Tristeza en su vida. Una serie de acontecimientos hacen que Alegría y Tristeza se mezclen en una peligrosa aventura que dará un vuelco al mundo de Riley.




26 de abril de 2017

El Bar (2017)

Demasiada película para tan poco final

Hoy toca hablar de la nueva pelicula de nuestro paisano  Alex de la Iglesia. Entré con miedo al cine, porque si bien es verdad que me cautivó con sus primeras obras, las ultimas han dejado bastante que desear: productos de poca calidad y con una notoria falta de cariño hacia sus espectadores. Pero ya se sabe, el dinero es el dinero.

He de reconocer que la sensación al encenderse las luces ha sido más gratificante de lo esperado, la película vuelve a retomar la esencia propia  del director, con todas sus virtudes y defectos, con esos excesos, tópicos y situaciones esperpénticas que tanto le gustan. Y esto es de agradecer, porque aunque dista de ser un producto redondo, está más cerca de sus primeros trabajos que de los últimos.

La función comienza con unos títulos de crédito que descubren en demasía la causa del embrollo, siendo ésta nada original, aunque también es verdad que se trata tan sólo del pretexto para poder encerrar a los personajes en un espacio cerrado y mostrar sus reacciones. La apertura nos sitúa en Madrid, primera hora de la mañana, varios personajes coinciden en el típico bar castizo de barrio, de los de toda la vida, donde todos se conocen. Una ludópata, un policía jubilado, un hipster, un barrendero, un banquero, un indigente..... y de repente entra la niña guapa, que ha ido a dar en tal lugar por pura casualidad. La niña mona necesita un cargador de movil, el banquero que le cobren... cuando súbitamente ocurre algo terrible y los personajes quedan encerrados como ratas en una jaula. En este momento el lugar se convierte en el escenario de una lucha enclaustrada por la supervivencia, sacando a la luz los prejuicios, las mentiras y la auténtica naturaleza humana.
La trama se inicia con los niveles de genialidad a los que nos tiene acotumbrados de la Iglesia, pero se va desinflando a medida que avanzan los minutos para desembocar en un final falto de ideas y apresurado. La película transcurre en tres escenarios que actúan como puntos de inflexión segmentándola en tres partes bien diferenciadas:

Acto 1: se abre con una presentación de personajes en un solo plano-secuencia magistral, que acaba situándonos en el interior de la tasca. Un pistoletazo de salida brutal, nunca mejor dicho. Los diálogos y primeras caracterizaciones de los personajes se suceden con maestría, incrementando la intriga y el interés continuamente. Es un arranque que engancha de manera poderosa a la situación delirante que estamos presenciando.

Acto 2: la película se siente más encerrada, con un déficit de personajes y falta de aire fresco. Es cierto que es ahora cuando tiene lugar el gran puntazo de la película... original y bien pensado a mi parecer. Pero después de éste todo comienza a deslizarse por una pendiente, los giros son escasos y la trama no está al nivel inicial.Con todo, continúa manteniendo el interés.

Acto 3: la historia cae en un pozo vacío, no está  bien atada, tiene un giro incoherente y se aprecia cierto cansancio y falta de ideas para el desenlance, que acaba siendo cerrado con desgana y de forma nefasta. Lo peor de todo es que esto mismo ya le ha ocurrido al director en numerosas ocasiones, convirtiéndose casi en un defecto de fábrica. La escena final es irrisoria y muy poco verosímil. La moraleja que trata de transmitir es excesiva. Todo ello afea el resultado final, que no se salva ni con el semidesnudo de Blanca Suárez.

El reparto lo componen ocho actores, émulos de Los odiosos ocho, con unos personajes que cada uno es más peculiar, depravado, siniestro y oscuro que el anterior. En su conjunto todos están de aprobado, incluso Mario Casas, actor que en estos papeles se siente más cómodo. Pero si hay que destacar alguna interpretación esta sería sin lugar a dudas la de Jaime Ordóñez en la piel del vagabundo borracho y trastornado. Sin duda el rey del metraje, con una caracterización notable y una actuación fantástica en un papel nada sencillo.

En cuanto a los aspectos técnicos, sólo podemos señalar que nos encontramos ante una cinta de autor, con una fotografía muy cuidad, un movimiento de cámara espectacular y un montaje exquisito. Todo ello unido a una banda sonora que sin ser destacable sabe mantener la tensión en todo momento. En definitiva, todo un ejemplo de saber hacer.




Película entretenida con regusto al buen cine de Alex de la Iglesia. Si bien no llega al nivel de algunos de sus títulos previos satisfacerá tanto a los seguidores del director como a un público más convencional.









9:00 de la mañana. Un grupo de personas absolutamente heterogéneo desayuna en un bar en el centro de Madrid. Uno de ellos tiene prisa; al salir por la puerta recibe un disparo en la cabeza. Nadie se atreve a socorrerle. Están atrapados.





23 de abril de 2017

Election: La noche de las bestias (2016)

Una americanada con poca chicha

En esta ocasión nos ponemos delante de la tercera entrega de The Purge, trilogía que se inició en 2013 con The Purge: La noche de las bestias. Esta primera película, protagonizada por Ethan Hawke, tenía un planteamiento interesante: debido al alto nivel de violencia se decide instaurar la noche de la purga: una vez al año, durante 12 horas, se puede cometer cualquier clase de crimen, incluido el asesinato. En esta primera entrega veremos cómo se enfrenta una familia de clase alta a esta noche infernal.

Tras una secuela que ahonda más en los aspectos sociales de la noche maldita, Election: La noche de las bestias se centra en los factores políticos. Nos encontramos en la noche de la purga previa a las elecciones presidenciales, y la candidata independiente que plantea abolir la purga se enfrenta al candidato conservador: un reverendo que alaba lo beneficiosa que ha sido la purga hasta el momento. ¿No nos suena a algo este escenario? Para más señas, la candidata independiente es rubia y el reverendo un señor entrado en años.

Aparte de este cliffhanger más que evidente, la película carece de elementos propios del cine de terror. Si hemos seguido la trilogía, el factor de horror y tensión que se notaban en las dos primeras entregas desaparece en esta tercera, pasando a ser más una película de acción y de tiros a las que nos tiene acostumbrados el cine norteamericano. A pesar de ello, hay que reconocer que como película de acción no decepciona.

No obstante, el guión es más de lo mismo. Algo que ya se ha visto en muchas ocasiones y que no sorprende, un producto prefabricado y sintético que no causa sensación alguna en el espectador. Escenas rápidas, predecibles y roles muy trillados hacen que se quede en una película de acción sin mayor repercusión.

En el apartado técnico poco podemos destacar. Cuenta en su favor con todo el despliegue del cine norteamericano de acción: tiros, helicópteros, maquillaje y sangre de pega a mansalva. Juega bien con el factor noche y el ritmo de la película no está del todo mal, con altibajos en la acción que se resuelven de las formas más predecibles posibles.




Si en algún momento te has visto las dos anteriores, puedes pasar un rato entretenido. Si no es tu caso, quizás prefieras invertir tu tiempo libre en algo más productivo.









Han pasado dos años desde que el ex-sargento de policía Leo Barnes (Frank Grillo) decidió no vengarse del hombre que mató a su hijo. Ahora Barnes dirige al equipo de seguridad que se encarga de proteger a la senadora Charlie Roan (Elizabeth Mitchell), una candidata a la Presidencia que reivindica la supresión de La Purga anual, que consiste en permitir, una noche al año, cualquier actividad criminal, incluido el asesinato. Roan considera que esta práctica perjudica sobre todo a los necesitados y a los pobres.





22 de abril de 2017

Train to Busan (Estación Zombie) (2016)

Un quiero y no puedo de manual

Las películas de terror son como la fruta a granel: si la primera pieza que te comes sabe bien, para. El resto probablemente no cumpla con las expectativas. Si a pesar de ello te atreves con la siguiente, te puedes topar con Train to Busan. Esta película de terror de casi dos horas deja un raro sabor de boca, a pesar de que a priori pueda tener un aspecto saludable. Y no, en Loko por el cine no nos hemos vuelto tan hipsters como para alardear de ver cine surcoreano. Pero una puntuación del 97% en Rotten Tomatoes no es algo que podamos dejar pasar por alto.

La película juega con la fórmula padre-hijo en un apocalipsis: el elemento protector frente al elemento indefenso. Hasta aquí todo bien. También tenemos el elemento que por aquí conocemos como "el negro de Amanecer de los muertos". Perfecto. Está el arrogante y egoista capullo, el personaje que engloba el instinto maternal, el bravo jovenzuelo y su chica... Repasando todos los personajes de la película, podemos ver que están todos los clichés necesarios para crear una película de zombies de manual. ¡Y los zombies son de los que corren! Entonces, ¿qué puede salir mal?

Para empezar, la sobreactuación asiática. Pero bueno, siendo justos y a fin de cuentas, es una película asiática. Vale. Que los zombies se giren como si estuviéramos en medio de un videoclip de Michael Jackson es algo a lo que nos podemos acostumbrar en sus casi dos horas de metraje. Dos horas. Una de zombies, dos horas. Se hace larga hasta la saciedad, larguísima, de esas que te puedes ir al baño y volver sin ponerla en pausa sin que pase nada.

Aparte de su cansina duración, el guión carece de esa tensión que nos gusta sentir a los amantes del género zombie. A los personajes, faltos absolutamente de emociones, cuesta arrancarles una lágrima de la cara, a pesar de que acaben de ver a su ser más querido ser devorado por muertos vivientes. Los giros repentinos para darle estabilidad al guión generan carcajadas en el espectador. Por otro lado, y a pesar de las carencias del guión, podemos destacar el rodaje y la fotografía, que a pesar de contar con 9 millones de dólares sorprende por su ejecución.



La película se hace larga y tiene un guión muy flojo. No es la película sobre el apocalipsis zombie que recomendarías a tu cuadrilla de amigos.








Un virus letal se expande por Corea del Sur, provocando violentos altercados. Los pasajeros de un tren KTX que viaja de Seúl a Busan tendrán que luchar por su supervivencia.





21 de abril de 2017

Captain Fantastic (2016)

Nadie puede escapar de la fuerza del caudal

Le tengo cariño a Viggo Mortensen. Desde su papel en la trilogía de El Señor de los Anillos, en el que su nombre se estableció en mi cabeza, a Una historia de violencia, siempre ha tenido ese toque interpretativo que me gusta. Actor muy polifacético, que puede bordar desde el papel de ruso mafioso en Promesas del Este hasta el del bravo espadachín Don Diego de Alatriste, siempre le da esa pincelada de color a cada personaje que hace suyo. Y en Captain Fantastic no iba a ser menos.

Como padre de una prole que recuerda al reality de DMax, Mi familia vive en Alaska, pero en guapos, tiene que enfrentarse a un giro en la aparente tranquilidad de su vida para confrontar algo que, a la mayoría de los seres vivientes, tarde o temprano nos llega. El problema reside en que, además de no ser una familia con un modus vivendi común, tampoco tiene una forma de ver las cosas dentro de la normalidad.

Y es este el mayor de sus problemas: la salida de la normalidad. El hecho de querer escapar del fuerte cauce del río que es la sociedad capitalista actual, optando por una forma diferente de pensar y de educar a sus hijos e hijas, hace que a cada paso que dan en el metraje no te esperes demasiado por dónde van a salir. Esta mezcla de road-movie, drama social y comedia, hace que uno no sepa muy bien si le gustaría seguir la forma de vida de esta familia o no, y deja una serie de preguntas rondando por la cabeza del espectador más atento. Quizás sea este el motivo por el que no se comiera un colín en los Óscars de 2017.

La película entretiene, tiene una trama muy bien planificada y un desarrollo excelente que impiden que se haga larga. Al ser una película independiente cuenta con esa libertad que hace que la historia y su contenido puedan desarrollarse de una forma más libre, en lo que a estándares en el cine norteamericano se refiere. Hay que reconocer la labor de los más jóvenes del film, que a más de uno nos han dado una buena sorpresa. Y ese ser arrogante, irritante y a la par lleno de ternura que es Ben, interpretado por Mortensen, que no dejará frío a nadie en la sala.

El título de la película es algo que no queda del todo claro al terminar su visionado. ¿Por qué Captain Fantastic (Capitán Fantástico)? ¿De dónde se saca el director esta nomenclatura? Parece ser que su director, Matt Ross, quería jugar un poco con la ingente cantidad de películas de super héroes que hay hoy en día en cartelera para hacernos ver que, en la vida real, no todos los héroes tienen por qué llevar capa.



Una pequeña joya que nos regala el cine norteamericano muy de vez en cuando. Si eres de los que les gusta destripar una película en compañía tras su visionado, no te la puedes perder. Da de qué hablar.






Ben es un hombre que ha pasado diez años viviendo en los remotos bosques situados en el noroeste de los Estados Unidos criando a sus seis hijos. Sin embargo, las circunstancias hacen que tal peculiar familia deba abandonar su modo de vida en la naturaleza y volver a la civilización. Asimilar su nueva situación y adaptarse de nuevo a la sociedad moderna no les va a resultar nada sencillo.





20 de abril de 2017

La autopsia de Jane Doe (2016)

Cuando una película de miedo, consigue dar miedo

Hoy os traigo una película de terror, género explotado hasta la saciedad que en la actualidad se rige más por la cantidad que la calidad. Parece que se ha olvidado que el cine de terror no son los litros de sangre, ni los miembros mutilados que se puedan mostrar en pantalla, ni la concentración de sustos por minuto, ni los golpes de efecto subiendo el volumen en determinadas escenas. El cine de terror se trata de crear una atmósfera opresiva, a partir de una buena idea, desarrollando la tensión con elementos muy básicos y mantener al espectador pegado en la butaca durante todo el tiempo que dure la función. Y este es uno de los casos en que lo consigue.

Empecemos. La película nos posiciona en la morgue de un pequeño pueblo, el dueño y su hijo reciben el cadáver de una bella joven muerta y tienen esa sola noche para descubrir las causas de su fallecimiento. Y hasta aquí puedo contar... ya que cualquier spoiler rompería la intriga de la cinta.

La popularidad de este proyecto es escasa, pasó sin pena ni gloria por nuestros cines y no tuvo la publicidad con la que cuentan muchas otras, pero esto no quiere decir para nada que sea inferior. Como aficionado a este tipo de peliculas puedo asegurar haber encontrado guiones más ricos en cintas directas al mercado doméstico,  y éste  puede ser el más claro ejemplo de los últimos años,  puesto que parte de una buena idea, diferente, una historia fresca, lo que es de agradecer.
La película la dividiré en dos partes. Una primera, que nos sitúa en un lugar incómodo y terrorífico, que nos presenta a sus dos fríos protagonistas y nos muestra el bello pero misterioso cuerpo inerte, preparado para ser examinado. Todo lo relacionado con la autopsia es magistral, nuestro interés va in crescendo, haciéndonos partícipes del equipo forense y haciendo que deseemos encontrar otra pista más en la investigación que esclarezca la verdad. La segunda parte degenera ligeramente, pasando de la intriga al efectismo, y es aquí cuando se convierte en más convencional, pareciéndose más a la competencia. Y no lo digo como algo positivo. Aunque sigue resultando interesante daña el resultado final y la buena sensación que nos había dejado su primera mitad.

Los personajes, siendo solo dos durante casi todo el metraje, se encuentran excelentemente desarrollados, consiguiendo algo importante en este género: no echar en falta más carne para la picadora. También ayuda la elección de los dos actores, Emile Hirsch y Brian Cox, que sobresalen dentro de los trabajos a los que estamos acostumbrados en este género.

La producción es modesta, y es que en sus mínimos y tristes efectos especiales denota su bajo presupuesto, carencia que subsana con su oscura puesta en escena y el lúgubre y tétrico escenario donde ocurre la acción.



Si te gusta el mal rollo,  pasar un rato en tensión y te encanta el terror pero ya no te acuerdas de ver una decente, ésta  la recomiendo, siendo una de las películas más notorias que nos ha regalado últimamente este género.






El dueño de la funeraria de una pequeña localidad y su hijo, que trabaja con él, reciben un día el cadáver de la víctima de un misterioso crimen: una bella joven que no tiene ninguna causa aparente de muerte. Ambos intentarán desvelar los intrigantes motivos del fallecimiento de la joven.



19 de abril de 2017

El Infiltrado (2016)

Historia interesante, guión sin fuerza. 

Esta película narra una atractiva historia real basada en el libro escrito por Robert Mazur, protagonista de los hechos que relata. La cinta nos sitúa en los años 80. El narcotráfico inundaba Estados Unidos y un policía con métodos peculiares decide infiltrarse en la mayor red de todas, el cartel de Medellín, para, de esta manera, intentar destapar el mayor negocio de blanqueo de dinero de la historia. Expuesta así es más que atrayente, a mi me cameló su sinopsis y el buen sabor de boca que me dejó la grandiosa serie de Netflix, Narcos.

Es difícil cuando empezamos a visionarla no acordarnos de grandes obras con temas semejantes como puede ser Donnie Brasco, y es que ésta bebe mucho de aquellas. Su ritmo es pausado, con diálogos interesante,  su fotografía es sucia y lúgubre y posee una historia veraz y entendible.

Su guión es sobrio, se limita a contar una historia simple pero el problema es que no  se atreve en demasía y peca de monótono y abundancia de clichés. La falta de acción y de giros argumentales hace que mientras avanza el guión pierda matices, y lo que en su comienzo parecía un trabajo notable queda en algo tan solo correcto.

El plano interpretativo es lo más destacado.  La actuación de Bryan Cranston es una delicia, uno de los actores más tapados de Hollywood, llevado al estrellato actualmente por su papel como Walter White en la sobresaliente Breaking Bad, nos regala una interpretación sobria y realista. Es cierto que flojea en su doblaje al castellano, con un timbre de voz que aporta un aire de debilidad que estereotipa al personaje. En resumidas cuentas  él es el motor de la película, un actor muy a tener en cuenta puesto que sus trabajos tienen un resultado exquisito. También quiero mencionar al carismático secundario John Lenguinzano, cuya aparición siempre es de agradecer en este tipo de proyectos.

En el tema de producción hay que mencionar un cierto aire a telefilm que le resta puntos al acabado final. 




Película entretenida,  que promete más de lo que ofrece, con un guión pobre pero una historia interesante y una interpretacion magnífica.









Basada en una historia real ocurrida en los años 80, narra cómo un policía estadounidense se infiltra en una banda de narcos colombianos. Para lograr ese objetivo, Robert Mazur (Bryan Cranston) se infiltrará junto Kathy Ertz (Diane Kruger), quien fingirá ser su futura esposa, y Emir Abreu (John Leguizamo), un policía con métodos poco tradicionales, para codearse con la cúpula de la organización criminal y ser parte de la mayor operación encubierta antidroga de la historia.





18 de abril de 2017

No Respires (2016)

Tenéis lo que os merecéis

Es fin de semana y toca película de terror. Metes la mano en el saco de horror de 2016 y sale No Respires. Una visita por las páginas de referencia en cine hace que te decidas a darle al play, y tras poco más de 80 minutos te levantas de la butaca con lo que te esperabas. El planteamiento es simple: unos ladronzuelos de poca monta se enteran de que un invidente que vive solo está forrado, así que van a robarle. Pero, como se espera de una película de terror, no todo es tan simple.

En general la película es sota, caballo y rey. Te cuenta desde un principio lo que vas a recibir, y así es. Lo que cambia un poco es que no le tienes ningún cariño a los protagonistas desde el principio de la película. ¿Le robas a un pobre ciego y esperas que sienta pena cuando te da un estacazo en la cabeza? Pues no. Y es Stephen Lang, en el papel del invidente, lo que le da valor a la película.

La cinta, a pesar de simple, tiene algún que otro giro que te deja durante todo el metraje con la mandíbula apretada. El ciego, además de ser un veterano de guerra, es experto en mantener la tensión durante toda la película, y no llega a hacerse repetitiva en ningún momento. Es el hecho de que deje de lado toda la parte paranormal o sobrenatural lo que hace diferente a esta película. Ya no hablamos de un espíritu que atraviesa paredes o de un poltergeist omnipresente, sino de un anciano que se defiende de tres allanadores y que sangra y sufre cuando le golpean.

A pesar de ello, la película flojea en su guión y hace necesarios ciertos giros que le dan inverosimilitud a la trama. Giros que si bien es cierto que le sobran, hacen que la película consiga llegar a largometraje, porque sin ellos bien podría haberse quedado en menos de 60 minutos de cinta.



A los amantes de la oscuridad y la tensión, ávidos de sustos repentinos, les encantará. Pero si lo que buscas es un guión fuerte y que realmente asuste, esta no es tu película.








Unos jóvenes ladrones creen haber encontrado la oportunidad de cometer el robo perfecto. Su objetivo será un ciego solitario, poseedor de miles de dólares ocultos. Pero tan pronto como entran en su casa serán conscientes de su error, pues se encontrarán atrapados y luchando por sobrevivir contra un psicópata con sus propios y temibles secretos.





12 de abril de 2017

Life (2017)

Topicazos en el espacio

Acabo de llegar del cine de ver Life, película a la que, desde que vi su prometedor trailer, tenía bastantes ganas de hincar el diente por ser un amante de la ciencia ficción y (aún más) de las monster-movies. El resultado ha sido desilusionante. Sé que es una crítica complicada, a más de uno le habrá gustado, hasta yo tengo que reconocer que me ha entretenido, pero eso no es suficiente para valorarla como buen cine.

Empecemos: Life nos sitúa en la Estación Espacial Internacional, donde tras recuperar unos fragmentos de tierra de Marte se satisface uno de los grandes anhelos de la humanidad: el hallazgo de vida extraterrestre. Sin embargo, la alegría por el descubrimiento se truncará en horror cuando el ser se descontrole y comience a cazarlos uno por uno mientras los protagonistas tratan de impedir que alcance la Tierra. Bajo esta premisa pensaréis: "esa película ya la he visto ciento de veces". Y es verdad, uno de sus aspectos más flojos es que ni aporta ni mejora sustancialmente nada.

La trama, a pesar de su simpleza, su linealidad en el desarrollo y de estar plagada de topicazos, también tiene sus puntos positivos. El más destacable es el ritmo con el que transcurre, muy ágil. La narración comienza con un arranque rápido e interesante, y continúa con una concatenación de escenas de acción que no dan tiempo al respiro. Este buen pulso puede contribuir a que sus fallos y déficits pasan un poco más desapercibidos. El guión hace aguas y no concibe forma de solucionar el conflicto de manera inteligente.

Padece de uno de los problemas del cine comercial americano actual: una acumulación de situaciones inverosímiles que no tienen más objetivo que el de aumentar la carga dramática para que el espectador no pierda el interés. Lo que acaba ocurriendo es que terminas pensando que o el extraterrestre es muy listo o los protagonistas muy tontos. La falta de originalidad que atraviesa toda la película se hace especialmente palpable en el final, que cierra con un giro tan predecible y tramposo que pone de manifiesto la escasa imaginación de los guionistas.

Los personajes carecen de desarrollo y los diálogos son escasos, lo que no favorece la actuación de ningún miembro de un reparto notorio, dejando un regusto de oportunidad desaprovechada. Igual de desaprovechado resulta el alien en su recreación. Si comienza de manera prometedora con un aspecto informe y tentaculoso, acaba siendo irrisorio con el intento de bestializarlo y dotarle de rostro.
Otros aspectos positivos son la fotografía, que refleja muy bien la angustia y claustrofobia de una estación espacial; y la banda sonora, que genera tensión en los momentos claves y proporciona un buen tono a toda la película.



Si os gusta ver películas sin pretensiones, para descansar el cerebro, está es una buena elección. Pasaréis un rato entretenido. Pero si buscas una buena película, con un desarrollo serio y un mínimo de contenido, no pierdas tu tiempo, ésta ya la has visto.









Seis miembros de la tripulación de la Estación Espacial Internacional están a punto de lograr uno de los descubrimientos más importantes en la historia humana: la primera evidencia de vida extraterrestre en Marte. A medida que el equipo comienza a investigar y sus métodos tienen consecuencias inesperadas, la forma viviente demostrará ser más inteligente de lo que cualquiera esperaba.