Hoy os traigo una primicia, una película que aún no se ha estrenado en nuestras salas de cine. Su título original es In the Deep pero el 21 de julio llega a nuestro pais bajo el de A 47 metros.
El año pasado oí hablar de una película que tuvo gran éxito en su estreno en Inglaterra. Era una monstermovie, que me encantan; de tiburones, que me encantan aún más. Tras el chasco que me llevé con Infierno azul esperaba de forma un tato agorera algo semejante, ya que es un género abnado a las produciones de pésima calidad. Pues amigos, me he llevado un buen ¡Zasca! Ha sido una grata sorpresa. Seguramente lo mejor sobre estos entrañables animalitos desde el Tiburón de Spealberg. Me gustaría que tuviese una buena acogida porque es un placer descubrir películas así. Desde aquí solo puedo animaros a verla cuando se estrene, o, si sois unos cagaprisas, la podéis ver ya en VOSE, los diálogos tampoco aportan gran cosa.
La película es una de esas que generan un mal rollo descomunal. Os pongo en situación. Dos hermanas que van hacer una excursión a mitad del océano para ver de cerca al "Gran blanco", sumergidas en una jaula de submarinismo cuando el cabestral de la misma se rompe y quedan atrapadas, a 47 metros de profundidad, con la sola compañía de un tiburón que espera convertirlas en su merienda. Acojona, ¿verdad? Pues esto es lo que consigue la pelicula, mantenernos en tensión constante durante más de una hora que se tira bajo el agua, medio en el que se desenvuelve verdaderamente bien. El guión es muy simple y tiene varios fallos pero simplemente está para ponernos en lugar y dar paso a la fiesta. Tiende a la acción desde el comienzo, y a partir de un comienzo bien cutre va al grano sin dilación. Pese a algún momento de escasa credibilidad prefiere jugar con la atmósfera y el agobio del espectador.
El reparto es bastante conocido en el mundo británico. El que más nos sonará a nosotros será Matthew Modine, protagonista de La chaqueta metálica y al que hace no mucho vimos en Stranger Things. En lo que hace a la produccion, hay que ser conscientes que estamos ante un proyecto modesto. La fotografia es correcta, tiene una ambientación lograda, los efectos digitales, aunque no son abundantes, se mezclan bien con la realidad. Este es un punto clave, no son esos tiburones de corchopan o que parecen un dibujo animado a los que nos tienen acostumbrados otros trabajos de estas temáticas.

Su comienzo no ayuda, pero una vez metidos en el agua, la cinta no tiene complejos. Sabe mantener la tension y jugar con los nervios del espectador. No esperes un peliculón que perdure en tu memoria pero sí una buena atracción para disfrutar en el momento.


Durante una inmersión, dos hermanas de vacaciones en México se quedan atrapadas en una jaula de avistamiento de tiburones, con el oxígeno agotándose y rodeadas de peligrosos tiburones blancos. Sin ayuda en la superficie, sin ayuda bajo la superficie.
